domingo, noviembre 24, 2024

La coyuntura priista

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Sería lamentable el fin de una institución de fuerte raigambre histórica como es el PRI si termina clausurando sus gloriosos días sirviendo de gozne a intereses de otro u otros partidos solo para sobrevivir. Ese escenario es muy probable porque en la actual tesitura la inercia está condicionando su permanencia en el tablero político solo en base a realizar alianzas, tal cual está sucediéndole al PRD, después de quedar exhausto por la sangría ocasionada por Morena. El PRI ya es un partido “chiquito”, y poco respeto infunde en demérito de su gran papel histórico. Lamentablemente, poco puede hacerse para su reactivación, pues la elite de su Nomenklatura está desactivada, en gran medida sumidos en la opacidad y el quietismo para no ser maltratados por el SAT, la UIF o la FG, y la actual dirigencia no infunde respeto ni confianza ¿cómo reactivarlo sin auténticos líderes a la vista? ¿Acaso asistimos al ocaso definitivo de este gran partido? La respuesta produce nostalgia, combinada con la intrigante circunstancia de ser testigos de la conformación de Morena en un “moderno” clon del añejo PRI.

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