La semana pasada, en medio de masacres en Reynosa y Zacatecas donde murieron 19 y 18 personas, respectivamente, estadísticas sobre el terror que vivimos, el presidente anunció en una de sus mañaneras que inauguraría una sección al repertorio semanal, dedicado a enumerar las mentiras vertidas por “los conservadores” acerca de su gestión de gobierno. Aún no concreta esa nueva versión, pero desde el lado opuesto se le adelantaron los del Partido Acción Nacional al anunciar “Las mentiras de la CuartaT” para rebatir al presidente y refiere las estadísticas difundidas la consultora SPIN sobre las “afirmaciones no verdaderas del presidente”, “55 mil, 87 por conferencia”. Esto podría convertirse en una desagradable exhibición de chismes, dimes y diretes entre las partes políticas en conflicto. De proseguir esa lúdica confrontación será un episodio nada edificante en nuestra vida política, pues está de por medio la dignidad presidencial cuya respetabilidad debiera ser resguardada para bien de esa institución, que es la importante, porque quienes la personifican tienen plazo de finiquito, seis años a lo sumo. Es decir van de paso y conviene dejar buena huella.