El doctor López Gatell está llevando al límite de la estulticia su fanatismo y ciega obediencia al poderoso, dejando a un lado su condición de científico experimental; no de otra manera se explica su actitud de depurado seguidor de la flauta mágica, pues para quedar bien con quien lo privilegió con la delicada tarea de combatir al Covid-19- misión a todas luces fallida- califica de campaña para generar desánimo y desilusión” en contra del gobierno las protestas de padres de niños con cáncer por el desabasto de medicinas para su tratamiento. López Gatell no solo se niega a admitir esa lacerante e incontrastable realidad, que provoca la angustia, sufrimiento e impotencia de quienes protestan porque sus hijos no reciben el tratamiento adecuado a sus dolencias. Pero López Gatell las conceptúa como narrativas de golpe de Estado: “y esta idea de los niños con cáncer que no tienen medicamentos, cada vez lo vemos más posicionado como parte de una campaña más allá del país de los grupos de derecha internacionales que están buscando esta suerte de simpatía en la ciudadanía mexicana, casi golpista”. Poco favor hace al gobierno de López Obrador ésta “narrativa” de sabandija rastrera, proferida por un científico cuya dimensión moral desacredita a su gremio.