Porque no consulta con los países miembro y por facilitar el golpe de Estado en Bolivia, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, criticó acerbamente y calificó de desastrosa la gestión de Luis Almagro al frente de la Secretaría General de la OEA. La respuesta de Almagro fue súbita y en el mismo tono “diplomático: “Yo soy buena gente, por mi parte, le deseo que ninguna obra más que él haya hecho como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México se derrumbe. Sin perjuicio de mi solidaridad con las víctimas de la Línea de Metro». Así se llevan.