martes, noviembre 5, 2024

Ignacio en Altotonga

Los 208 nuevos presidentes municipales veracruzanos están por cumplir su primer mes de mandato y podríamos decir que se han agrupado en tres bandos:

     El primero es el de los que llegaron y están aprendiendo lo que es gobernar y de qué manera está conformado su ayuntamiento. Están metidos en el área de aprendizaje y poco a poco van entendiendo lo que tienen que hacer para que sus pueblos mejoren, se desarrollen y tengan vecinos contentos con su autoridad.

     El segundo grupo es el de los que llegaron y piensan que las cosas municipales caminan por sí solas, así que están decididos a sentarse en la silla sin hacer nada

importante y piensan que en eso estriba el poder. Son los inevitables buenos para nada que llegaron por un compromiso partidista, por un compadrazgo o por una parentela.

     Y los más notables son los del tercer grupo, que tomaron posesión y desde el primer minuto (o antes, en ciertos casos) se pusieron a trabajar con denuedo, como si pensaran que cuatro años o 96 meses o 208 semanas o 1,461 días no son nada, y que porque es oro hay que aprovechar el tiempo, y el perdido hasta los santos lo lloran.

     Son dignos de admirarse ésos últimos y se han hecho notar, como, por citar algunos, la panista Patricia Lobeira de Yunes en el Puerto, el morenista Ricardo Ahued Bardahuil en Xalapa, el priista Juan Manuel Diez Francos en Orizaba, por nombrar a ediles de distintos partidos.

     Vale también anotar al presidente municipal de Altotonga, Ignacio Morales Guevara, quien ha hecho valer su condición de político formado en casa, hijo y hermano de exalcaldes, cuya sangre familiar implica una larga tradición de servicio al pueblo.

     Nacho está haciendo valer el ímpetu de su juventud y desde que recibió el reconocimiento como alcalde electo puso en marcha una larga serie de planes y proyectos, armó relaciones, hizo gestiones y ya ha logrado cosas palpables para la mejoría de su tierra natal.

     Conciliador y controlado, desde su condición de militante de un partido de oposición al que actualmente gobierna en Veracruz y México, Morales Guevara está logrando negociar obras y apoyos del Gobierno del Estado, de la Legislatura, de instancias del Gobierno federal.

     Y cuenta además con el apoyo notable del diputado federal de su distrito, el único candidato priista que ganó en Veracruz, José Yunes Zorrilla, con quien mantiene vínculos de amistad y de lealtad.

     Turismo, remediación ambiental, mejora de los servicios municipales, obras urgentes como el arreglo del socavón que era un verdadero peligro en pleno centro de la cabecera, son los resultados notables de una autoridad que ha mostrado interés en hacer bien las cosas, voluntad en el servicio y una energía digna de su gran causa, que es Altotonga.

sglevet@gmail.com

otros columnistas

La concordancia humana

Las pensiones y el infierno

La Ley Orgánica del Rector

Gil Rullán y Carbonell

17 de octubre de 1953

El ladrón y el político

Ficticio L. de Guevara

El socavón de Naolinco