Ante la presión de empresarios de la industria eléctrica y congresistas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden envió hace tres semanas a México a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, una abogada y política canado-estadounidense que el sábado anterior cumplió 63 años de edad, quien además de fiscal general fue la primera gobernadora del estado de Míchigan entre 2003 y 2011.
El jueves 20 de enero, Granholm se reunió a puerta cerrada en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador y otros colaboradores, entre ellos la secretaria de Energía, Rocío Nahle, para analizar durante más de dos horas la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica.
La versión oficial fue que todo había sido miel sobre hojuelas. “Tratamos asuntos de interés para nuestros pueblos y naciones; prevaleció el respeto, el entendimiento y la voluntad de cooperación para el desarrollo”, escribió el presidente en redes sociales.
A su vez, Nahle García confirmó a la prensa que sí se tocó el tema de la reforma eléctrica, aseverando que el encuentro fue “muy respetuoso”.
“Fue un diálogo muy ameno, muy respetuoso, tanto de la política energética de Estados Unidos como la de México y (hubo) una descripción breve de la reforma que presentamos, que es muy buena, y todo bastante bien, con mucho respeto”, comentó la titular de la Sener.
–¿Alguna preocupación al respecto del gobierno de Estados Unidos?, le preguntaron a Nahle.
“No, todo muy bien”, respondió la aspirante a la gubernatura de Veracruz.
–¿Se fue satisfecha la secretaria?, le insistieron.
“Sí, muy bien, fue un diálogo de alto nivel, muy respetuoso y (predominó), sobre todo, la buena relación y cooperación que tenemos con nuestro país vecino. Todo muy bien”, reiteró Nahle.
Sin embargo, este miércoles, en una breve rueda de prensa conjunta con el canciller Marcelo Ebrard, el enviado especial de la Casa Blanca para el cambio climático, John Kerry, expresó que lo que Estados Unidos quiere es “trabajar con México para fortalecer la posibilidad de que el mercado sea abierto y competitivo”.
La noche anterior, la embajada estadounidense emitió un comunicado para subrayar “la preocupación sobre la propuesta actual del sector energético de México”.
Ambas declaraciones dieron un viraje a las posturas manifestadas la semana pasada. La administración del presidente Joe Biden había suavizado el tono después de que la visita de Jennifer Granholm terminara de forma agria, con el acento puesto en las desavenencias que cunden en Washington. El objetivo de la estrategia pasa por lograr un trato “justo y parejo”, en igualdad de condiciones, para los empresarios estadounidenses del sector energético y que no haya incumplimientos del tratado comercial T-MEC entre los dos países y Canadá.
El embajador Ken Salazar, quien diplomáticamente había dado un respaldo público a López Obrador para evitar que una posible aprobación de la reforma eléctrica repercuta en las inversiones y la apuesta de Estados Unidos por las fuentes renovables, endureció su discurso luego de que a través de un influyente diario norteamericano pidieron a Biden su renuncia como representante en México.
Anteayer, Salazar declaró que “promover el uso de tecnologías más sucias, anticuadas y caras sobre alternativas renovables eficientes, pondría en desventaja tanto a consumidores como a la economía en general”.
¿Resistirá AMLO esta electrizante presión? Anoche, por lo mientras, el presidente difundió en Twitter una fotografía en la que se le ve caminando, muy sonriente, al lado de Kerry en Palacio Nacional. “Me reuní con John Kerry, enviado presidencial especial de Estados Unidos para el Clima, y como siempre hablamos con franqueza y respeto”, publicó en la red social del pajarito azul.
Por su parte, el canciller Marcelo Ebrard informó que durante el encuentro se acordó formar un grupo de trabajo –similar al que se hizo en materia de seguridad– para potenciar la producción de energías limpias en México.
Ebrard comentó que la gran preocupación que manifestó Kerry es acelerar la transición hacia las energías limpias.
Y al preguntarle si hubo reclamos sobre la reforma eléctrica, el canciller respondió que no, porque cada uno ha planteado sus puntos de vista.
Sin embargo, anoche, trascendió que en la reunión con AMLO, Kerry había instado al presidente mexicano a garantizar que el proyecto de reforma que busca impulsar el control estatal del mercado eléctrico no infrinja el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).