El profesor, buen amigo, Felipe Bustos, ha emprendido el inevitable viaje sin retorno del cual todo ser que alienta vida jamás se libra; con él se va parte del anecdotario de nuestro tiempo, del que deja fiel constancia en su obras escritas. Vida productiva la de Felipe, desde sus correrías en la Normal, allá en las faldas del Cofre de Perote hasta su activismo en la organización sindical del magisterio que contribuyó a edificar en la entidad. Pero nada es para siempre, sí el recuerdo de las muchas amistades que con gran esmero cultivó. Descanse en paz Felipe Bustos, y solidario pésame a sus seres queridos.