viernes, noviembre 22, 2024

«Se gana el gobierno, pero no el poder»

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Esta mañana, para referirse al asunto de la “Casa Gris” donde se involucra a uno de sus hijos, el presidente reveló lo que pudiera estar comprobando en el delicado tema de la gobernación: «Y entonces ni siquiera es un asunto personal o periodístico, es una disputa por la nación, a veces se gana al gobierno pero no el poder, y aquí sí es una lucha de poder». “En Inglaterra el Rey reina pero no gobierna”, dice la conseja pública de aquel país; aunque no necesariamente existe semejanza con nuestro país, es posible que el presidente haya descubierto ya lo expresado en su dicho: “se gana el gobierno, pero no el poder”. También revela, o explica, el prurito presidencial para desaparecer toda clase de obstáculos que le impidan proseguir con la demolición de un régimen para instalar el concebido en el ritual de la CuartaT. Pero, desde aquella primera intención de Plutarco Elías Calles en 1929 de hacer de México un país de instituciones superando el episodio de los “hombres fuertes” han transcurrido ya casi cien años, durante los cuales a duras penas se han creado instituciones para fortalecer los equilibrios del poder, son genuinos frutos de nuestra experiencia histórica. El Banco de México con su autonomía como blindaje, la Cofetel, el INEGI, la Coneval, el IVAI, el INE, la CNDH, entre otras, son valladar para la transparencia y las tentaciones absolutistas, matices de por medio. Los poderes facticos de una nación, los intereses creados, son factores de poder  cuyo peso no es posible dejar a un lado, porque, suele suceder, pudiera darse el caso que confirma lo que el presidente dijo: “se gana el gobierno, pero no el poder”.

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