“Lo que para unos es historia, para otros es biografía”, dice conocido apotegma en referencia a quienes por razones de su avanzada edad han sido testigos o actores de un sinfín de acontecimientos quizás totalmente desconocidos por las nuevas generaciones o las encuentran en clases de historia moderna, en leyendas o en comentarios de padres y abuelos. Sucedió con quien esto suscribe, que, habiendo nacido en la década de los años 40 del siglo pasado, cuando en los estudios universitarios se aludía a la Segunda Guerra Mundial acaecida justamente en la década de su nacimiento, consideraba ese evento como un hecho sucedido hacía muchos años, aunque solo habían transcurrido una veintena de primaveras. Semejante acaso con quienes ahora siendo treintañeros se les comenta lo ocurrido en la década finisecular o a partir de 1988, o más reciente, con la alternancia política en el año 2000. Son acontecimientos del pasado, ciertamente, sin embargo, para quienes fueron actores u observadores directos forman parte arraigada de sus vivencias personales. El surgimiento de los diputados de partido en 1964; la nacionalización de la industria eléctrica por López Mateos en 1960; las luchas obreras de Valentín Campa y Vallejo y el Movimiento Magisterial de Othon Salazar, el terrible temblor de 1959, el encarcelamiento de David Siqueiros, el Movimiento Estudiantil de 1968, los Halcones de 1971 con Echeverría, el enfrentamiento de éste con los empresarios del Grupo Monterrey y la expropiación de tierras en el Valle del Yaqui. El descubrimiento y explotación del Pozo petrolero Cantarell con López Portillo y su llamado a prepararnos “para administrar la abundancia”, solo para terminar llorando y asegurando que defendería al peso “como un perro” y encolerizado estatizó la banca. O las graves y secuenciadas crisis económicas con elevada inflación en tiempos de Miguel de la Madrid, cuando los kilos de tortilla, tomate, frijol, arroz se pagaban en miles de pesos, por aquello de los tres ceros, y de su cacaraqueada “renovación moral”, nada quedó. También cuando en 1987 Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muños Ledo y otros connotados priistas formaron la corriente crítica al interior del PRI exigiendo consulta a las bases en la designación del candidato presidencial del PRI, solo para ser orillados a renunciar y salirse del partido. Por supuesto, el parteaguas electoral que significa la elección presidencial de 1988 ante la sorpresiva irrupción de una fuerza opositora de izquierda, integrada en el Frente Democrático Nacional encabezada por los ex priistas inconformes provocando tremendo susto en la cúpula del poder. Parteaguas sin duda, también, fue la interpelación de Muñoz Ledo al presidente de la Madrid en su sexto informe de Gobierno en 1988, una osadía impensable en un recinto pleno de invitados extranjeros y de las cúpulas empresariales ¿cómo, interrumpir al Gram Tlatoani? La creación del IFE en 1990, las reformas electorales de los años noventa y los primeros triunfos electorales de la oposición para ganar gobiernos estatales- Baja California, Guanajuato, Chihuahua, Michoacán, Tlaxcala, Zacatecas, Distrito Federal. La respuesta al informe presidencial de Zedillo por el diputado Muñoz Ledo, cuando le expresó: “cada uno de nosotros somos como vos, pero juntos somos más que vos”, increíble enunciado en un recinto donde estando el presidente solo sus chicharrones tronaban. Y la alternancia en el año 2000, cuando el PAN le arrebató la presidencia al PRI, después de 54 años de sucesiones priistas consecutivas (el PRI se fundó en 1946). El nacimiento del Seguro Popular en 2003; el surgimiento de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), en 2002; el desafuero de López Obrador en 2005 y él lo atribuyó a un “complot” para impedirle la candidatura presidencial del PRD en 2006; en 2004 los videos donde René Bejarano recibía de Carlos Ahumada fajos de billete con dinero amarrado con ligas (Bajarano era Secretario de AMLO en el gobierno de la CDMX). La discutida elección de 2006 en la que López Obrador resultó perdedor por un punto porcentual y se consideró víctima del fraude electoral no reconociendo el triunfo de Calderón, quien entonces expresó aquel famoso “haiga sido, como haiga sido”, tomando posesión al entrar por la puerta de atrás al recinto del Congreso de la Unión. También la confrontación al interior del PRI entre Madrazo y Arturo Montiel a quien arrebató la candidatura presidencial en 2006 y en respuesta se creó el TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo), cuyos efectos en la elección se tradujeron en un triste tercer lugar del PRI en la votación federal. En 2014 el registro de Morena como partido y la conversión del IFE en INE para que este órgano electoral autónomo pudiera intervenir también en elecciones locales. La Casa Blanca de la esposa del presidente Peña Nieto, Ayotzinapa, la Estafa Maestra, etc. son eventos que bien pudieran explicar los sorprendentes resultados de la elección de 2018 que llevó a López Obrador a la presidencia de la república después de tres intentos, la tercera fue la vencida. Cada uno de los eventos aquí relatados forman parte de un capítulo importante de nuestra evolución política, solo una parte de las vivencias de quienes fueron testigos de esos acontecimientos que marcan el registro histórico del país, son parte de su biografía, aunque para muchos otros, la mayoría, son Historia. Ni más ni menos.