Agencias/Sociedad 3.0
Una semana tras la invasión a Ucrania por Rusia, el petróleo ruso ha tenido inconvenientes para encontrar compradores, los cuales temen el estigma, las posibles futuras sanciones y las complicaciones logísticas, pese a la creciente preocupación por el desabastecimiento del mercado mundial.
«El comercio de petróleo sigue congelado y estimamos que el 70% del mercado» está paralizado, «con un impacto particularmente grande en las ventas marítimas», declara a la AFP Livia Gallarati, analista del gabinete Energy Aspects.
Hasta el momento, las sanciones occidentales contra Rusia han intentado no tocar el sector energético, que es crucial para Europa: Alemania, por ejemplo, importa el 55 por ciento de su gas de Rusia. En cuanto al petróleo, Rusia es el segundo exportador mundial, por detrás de Arabia Saudita.
No obstante, mientras las entregas ya garantizadas por oleoducto continúan, muchas firmas de corretaje y refinerías prefieren evitar el crudo de origen ruso, a pesar de las tensiones en el suministro de petróleo.
El riesgo es que suban aún más los precios, que llevan días disparándose de récord en récord: el barril de Brent, referencia del mercado europeo, cuesta más de 110 dólares, frente a los menos de 65 de hace un año.
Asimismo del riesgo de que los gobiernos cambien de opinión sobre las sanciones, los analistas señalan la posibilidad de que los importadores sean objeto de una condena pública.
Fuente: Milenio