Dicen que un tal Tumbaburros manipula las redes y las granjas de bots del sector opositors; de ser así, hay que felicitarlo. No cualquiera se echa el trompo a la uña de tratar de hacerle creer a la gente que es muy descreída, que los del Ku Klux PAN son feministas. Una tarea titánica, sobre todo por el historial de machismo, homofobia, voxismo, misoginia y falocentrismo que se cargan los choznos de Gómez Morín al ritmo de “¡Ánimo, Montana!”. Digo, a lo mejor algún extraviado podría caer en el garlito, pero está complicado creerle su papel de feministas de ocasión a personajes como Markititititititito Cortés que le niegan a la mujer el derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Un feminismo muy extraño en el que ningune de estes feministes blanquiazules apoyó a la senadora morenista, Bertha Caraveo, en su denuncia contra el youtubero Chumel Torres por violencia política de género, pues suele recurrir a un lenguaje soez y machista para atacar a toda mujer a la que considere de izquierda. Lo mismo pasa con Brozo, el Trujillo tenebroso, a quien en el prianchuchismo PANdo lo consideran héroe a pesar de que su personaje encarnaba un homenaje al viejo cochino y libidinoso.
Como quiera que sea, no es mala idea esta de seguir la lógica de las víboras cuando cambian de piel, pero mientras no cambien a sus héroes como Lozano, que insulta a las mujeres a la menor provocación si no coinciden con sus conceptos medievales, y tengan a líderes como el subjefe Diego, que ha sido del mujerío ave de atraso, pues muy difícilmente tendrían algún tipo de autoridad moral. Y si la tienen es mucho menor que la de Fantasías Mikel Arriola con sus guangas sanciones a los Gallos de Querétaro que, la neta, no están hechas para hacer justicia sino para mantener el negocio del clásico pasesito a la red funcionando. Algo solo comparable con la reina del lillytellazo tratando de hacernos creer que el góber queretano, Mauricio Kuri, es un estadista por enfrentar la violencia en La Corregidora como el expresichente Jelipillo —gran fakeminista— hizo al declarar la narcoguerra junto con su compita, García Luna Productions.
El clásico fakeminismo panista, prianchuchista, tresequisgonzalista de marzo, es casi tan decepcionante como el aguado de Juan Guaidó que, al ver que Biden mandó negociadores con Maduro sin su consentimiento para hablar de petróleo y combustibles, se puso como Juanga tras la palmera y a tristear de lo lindo.
Jairo Calixto Albarrán
jairo.calixto@milenio.com
@jairocalixto