domingo, noviembre 17, 2024

Noticias del monrealismo mágico

Jairo Calixto Albarrán

Antes que nada, sí me parece mala onda que se acuse al primer tiktokero de Nuevo León, Samuel García, de armar el numerazo del Bronco solo para distraer la atención sobre los recortes de agua, el aumento a los precios del transporte público y la violencia en Nuevo León. Lo dudo mucho, todos sabemos que al gober petocho no le gusta ni el choucito ni el escándalo ni los montajitos. De hecho, de no prosperar el caso contra el Bronco devenido en Pony, Samy & Marianita lo van a adoptar cada fin de semana.

Cosas tan desconcertantes como que en estos tiempos de sororidad fakeminista, no se ha visto a Margarita Zavala, Xochitl Gálvez, Markitititito Cortés, la Rabadán y menos a doña Lilly Téllez (por cierto, me gustó su mensaje al Parlamento europeo al ritmo de “Beee, beeee, beee”), salir a apoyar a la senadora Caraveo por los insultos misóginos que le vomitó Chumel Torres, que se siente guerrillero ucraniano y que cree que la Hidra es la organización enemiga de Los Avengers.

En otro orden de ideas, cabe decir que si yo fuera miembro honorario de la fifisauriza en éxtasis y del prianchuchismo tresequisgonzalista, me sentiría muy orgulloso de saber que el héroe de esta película ultradechosa, papá, el expresichente Calderón, es tan humanitario y sensible que le otorgó 36 millones de Pesos del Conacyt a la empresa Kimberly Clark de mi Claudio XXX, para producir papel de baño más pachoncito y absorbente. Una aportación científica superior que vino acompañada de una idea que rompió todos los récords de la empatía: en un generoso conciliábulo empresaurial, Claudio XXX y sus amigos empresaurios, como cuenta un trabajo de la periodista Daniela Barragán en Sin Embargo, se confabularon para manipular los precios de pañales para bebés y adultos y toallas sanitarias.

Una maravilla que genera confianza en la Coparmex por parte de los mexicanos que deben contar los días para que esas Estafas maestras, regresen como las oscuras golondrinas.

Por eso no dudo que en cualquier momento ante las insidias de los no pocos compatriotas ofendidos por estas triquiñuelas a las que unos sensibleros califican como “chingaderas”, saldrá a defenderlos Ricardo Monreal. Digo, si defiende a Sandy Cuevas como si fuera Sor Juana y algún día dirá que Jelipillo es Chente Guerrero, es muy capaz de integrar a Kimberly en su Monrealismo mágico —Víctor Aramburu dixit—donde pastan sus héroes, Dante Delgado, Lozano y el ultravoxista, Rementiría, pura gente de bien.

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