Hace unos meses, en este espacio, comenté que el presidente dejó de hablar con todos los mexicanos, ahora solo se dirige a los suyos, a su base dura y pura.
A nadie le interesa el penacho de Moctezuma, muy pocos se emocionan con la epopeya mental entre liberales y conservadores que solo se desarrolla en la cabeza del presidente, apenas unos cuantos se subieron al asunto del juicio a los expresidentes, ni nos interesa la dichosa revocación de mandato, no nos gusta pelearnos con otros países por asuntos sin importancia ni estamos cómodos con Cuba y Venezuela como nuestros nuevos amigos íntimos.
Todo es la agenda personal del presidente, él dejo de hablar de lo que nos importa a los mexicanos por la sencilla razón que a él eso no le importa. Para él no existe el desabasto de medicinas para los niños y niñas con cáncer, le importa poco la agenda feminista, ambiental o de igualdad. La economía no le interesa, las inversiones menos y la seguridad le viene valiendo un pepino.
Son dos realidades, la de todos los mexicanos con nuestras urgencias, necesidades y prioridades y la realidad presidencial, esa del penacho, la conquista de hace 500 años con sus perdones y su obsesión enfermiza por los liberales y conservadores del siglo XIX.
El presidente dejo de hablarnos, ya no le interesa dirigirse a nosotros, él habla a los suyos, a su base. Cuando leemos la respuesta que les dirigió a los diputados del parlamento europeo creemos que la redactó pensando en los eurodiputados, lamento decirles que no, cada palabra, cada oración y párrafo estaba dirigida a su gente, a sus duros.
Sabe que el momento es complicado, el escenario mundial es extraordinariamente complejo, los apoyos electorales se le erosionan día con día, la revocación de mandato puede ser la ventana abierta donde veamos el tamaño real del morenismo en el país y por eso no perderá la menor oportunidad que tiene como líder populista para apelar a los nacionalismos más ramplones y vulgares.
El escenario próximo es complicado, la revocación de mandato no prendió en la sociedad, los mexicanos no se engancharon con la trampa, muy pocos realmente están interesados. La participación el próximo 10 de abril que estamos convocados a las urnas dudo que sea mayor al 20% del padrón, con suerte estará en algo así como el 15%, unos 14 millones de mexicanos. Menor a eso, es un absoluto y completo fracaso.
A veces pienso que en su cabeza él lo tenía definido de otra manera, pensó que los mexicanos saldríamos en millones para revocarlo y otros tantos millones a ratificarlo. En las sobremesas familiares sería la conversación y en los medios y redes sociales sería todo sobre la revocación, la discusión nacional solo sería él y únicamente él.
Se equivocó, a los mexicanos nos valió madres.
El presidente dejó de hablarnos y nosotros parece que decidimos dejar de escucharlo.
País de sordos
Jorge Flores Martínez
Twitter: @jorgeflores1mx