Jairo Calixto Albarrán
Me parece muy mala onda que los adictos a las tlayudas que nunca serán canadienses como aspira de manera muy wanabí la señora Téllez, hayan derrochado tanto racismo y clasismo al revés, en contra de un bonito grupo de celebridades casi tan ecologistas como el ChikiliQuadri y el Nini Verde. Grandes del ambientalismo que no quieren ir en tren y menos en avión, pues dicen que no necesitan a nadie alrededor, y menos de la cuatroté donde los chairos macuarros hacen su nido.
Tristemente a la chairiza les ha dado por criticar a personajes como Eugenio Derbez, Omar Chaparro, Bárbara Mori o Rubén Albarrán solo porque en No se aceptan devoluciones, No manches Frida, Treintona, soltera y fantástica o en Avalancha de éxitos, no hay mensajes sobre la defensa de la fauna o la flora, rescatar a la Totoaba o salvar a las Sasha Sokol de las garras de los Luis de Llano. Bueno, hay que reconocer que en “No controles” hay un hiperbólico canto de rebeldía contra Monsanto y el Súperportero un día defendió una guacamaya en el parque de Xcaret.
Deben entender, amiguis comunistas y anti ucranianos, que para Derbez y compañía son ecologistas de toda la vida aunque viajen en jet privado, que nunca marcharon contra el Agriopuerto submarino de Texcoco porque salía muy caro el Uber, y que no protestaron contra la construcción de la Riviera Maya que casi no arrasó con manglares y animalitos, fue porque iba a quedar bien padriuris.
Todo cool, pero hay que reconocer que su muy anayesco “Es que me da mucho coraje” ecológico, pudo haber sido más espontáneo. No está bien que estos histriones que de seguro un día en secreto denunciaron talamontes, cuestionaron al cartel inmobiliario y defendieron la zona protegida de Texcoco, hayan sido obligados a leer un machote que parece escrito en la Death Star de Kimberly Clark de México (industria tresequisgonzalera que estos Greta Thunberg de ocasión algún día maldecirán por arrasar árboles sin plantar ninguno), parece un poco extraño. Gachos, les arrebataron la oportunidad de sacar a su Stanislavski interno y tener una alegría, sobre todo después de que el expresichente Jelipillo les aplicara la maldición del RT que si mata cucarachas, qué no matará.
A ver si Derbez, Chaparro y Rubén Albarrán no se declaran “perseguidos políticos”, o salen como Sandra Cuevas, ese costal de mañas monrealista, a disculparse pero sin reconocer los hechos.
Es que, como diría Charly García, de niños nunca fueron muy listos.
Jairo Calixto Albarrán
jairo.calixto@milenio.com
@jairocalixto