La ley dice que tiene que seguir y lo hará con consulta o sin ella hasta el 30 de octubre de 2024, salvo que un imprevisto suceda, todo lo demás es politiquería barata. Bueno, no tan barata, nos está costando un dineral el capricho presidencial de la revocación de mandato.
Yo no pienso votar, me resisto como ciudadano a participar en una farsa. Solo en un país tan irreal y absurdo como el nuestro, se convoca a los ciudadanos a revocar al presidente, pero se les dice que no es revocación, es una ratificación, se solicitan las firmas, una cuarta parte de estas son falsas, se presiona al INE a realizar la consulta pero se le niegan los recursos, modifican la ley en pleno proceso electoral para que los funcionarios puedan promover la ratificación con recursos públicos y tapizan todo el país con espectaculares para que siga AMLO como presidente. Si esto no les parece esquizofrénico, créanme que esta muy cerca de serlo.
Voy con números redondos para no aburrirlos, en la elección presidencial del 2018, Morena obtuvo poco más de 30 millones de votos, una cantidad extraordinaria que legitimó a López Obrador de forma incuestionable. En las elecciones intermedias de junio 2021 logró 16 millones de votos, un par de meses después, en la consulta para enjuiciar a los expresidentes, casi 7 millones de votos.
El próximo domingo 10 de abril estamos convocados a votar por la revocación de mandato, donde para que sea vinculante se requiere la participación del 40% del padrón electoral, es decir, algo así como 37 millones de votos. No soy adivino ni tengo poderes psíquicos de ninguna especie, pero les puedo adelantar, si no hay un mega fraude y los acarreados a votar no sobrepasan a lo que estamos acostumbrados, los votantes rondaran entre los 7 y 16 millones de votos. Eso el presidente lo sabe, no tengan duda.
Aquí lo interesante no es el resultado, este ya está cantado, ganará el que siga AMLO, lo que hay que seguir es la estrategia electoral que despliegue Morena ese día. La veremos todos los mexicanos y los desnudará operativamente para las elecciones del 5 de junio a las gubernaturas de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, y por supuesto, para la elección de 2024.
Unos días después de la consulta de revocación de mandato mandaran la contrarreforma eléctrica a la cámara de diputados, posiblemente sea aprobada en esa cámara, de ahí tendrá que pasar a la de senadores, donde el escenario no es tan sencillo. Esto también lo sabe el presidente.
Pero regresemos a los números de la revocación de mandato, cualquier cantidad arriba de los 16 millones fortalecerá al presidente y a la 4t, su voto duro se mantiene y para nada es despreciable, por otro lado, un resultado de votantes menor a los 16 millones, encarece enormemente su proyecto político. Menor a los 7 millones es la derrota definitiva.
Encarecer su proyecto político no significa el final de la 4t, en mi opinión, más bien se tratará de la radicalización de su movimiento, cualquier narrativa desde Palacio Nacional será aún más polarizante, el presidente cerrará sus últimos dos años a golpe y porrazo.
En caso de obtener más de 16 millones de votos, la contrarreforma eléctrica será coser y cantar, la reforma al INE un día de campo y la desaparición de cualquier contrapeso a su poder un hecho consumado.
Estoy convencido que la estrategia de la revocación de mandato no surgió en Palacio Nacional, es, en todo caso, una decisión desde La Habana, la han seguido al pie de la letra todos los autócratas latinoamericanos apoyados por la isla para hacerse del poder y buscar una forma de legitimar sus pretensiones poco democráticas.
No es fácil y López Obrador lo sabe, la resistencia a una ampliación de su período presidencial sería muy fuerte entre los mexicanos, aún entre muchos de sus seguidores. Eso estoy seguro que lo tiene claro, pero seis años son tan pocos para su proyecto personal y me temo que la tentación de intentarlo de López Obrador será muy grande.
No se sorprendan si la próxima consulta sea la de Ampliación de Mandato.
Recuerden, no hay sorpresa, solo sorprendidos.
Jorge Flores Martínez
Twitter: @jorgeflores1mx