Un amigo cercano que ha hecho estudios profundos del marxismo desde hace muchos años y que es un experto en la ciencia política me advierte -espero que de buena fe- que oponerse a Andrés Manuel López Obrador o a los morenistas es «abrirle el paso a la derecha».
«Es cierto que puede haber dentro de la izquierda morenista malos gobernadores, algunos funcionarios que no son honorables, representantes populares que tienen cola que les pisen, pero eso hay que hacerlo a un lado para detener a los conservadores y permitir que avance la cuarta transformación, para que los pobres salgan de la postración debida a los gobiernos neoliberales corruptos del PRIAN», me advierte y caso regaña mi intelectual camarada.
Me puedo unir a la preocupación de mi docto amigo, y coincidir con él en que debemos cerrar el paso a los derechistas, a los conservadores, a los corruptos, a los traidores a México, que solamente ven por sus intereses personales y nadamás les preocupa engordar sus fortunas enormes.
Por eso yo me inclino porque los mexicanos nos pronunciemos en contra de la derecha y apoyemos decididamente a los genuinos luchadores de izquierda.
Por eso mismo, igualmente propongo que luchemos en contra de derechistas y conservadores corruptos y/o enquistados en la ubre del erario, como Manuel Bartlett Díaz, el Secretario de Gobernación que hizo el fraude electoral contra Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en 1988 y hoy es un lopezobradorista puro, aunque no tanto por la duda de su enorme fortuna inmobiliaria; Alejandro Gertz Manero, el Fiscal que usa su puesto para encarcelar a inocentes y comprar más de 100 autos antiguos; Olga Sánchez Cordero («No soy florero»), senadora y Secretaria de Gobernación que no podía ocupar esos puestos porque se lo prohíbe la ley vigente; José Ramón López Beltrán, una persona que nunca ha trabajado y disfruta de una gran fortuna desde hace tres años, cuando su padre llegó como Presidente de la República; Carlos Aysa Damas, un diputado priista (y por tanto conservador y neoliberal, según la reiterada definición de AMLO) que fue aceptado en las filas de Morena a cambio de su voto en favor de la Reforma Energética (con el que también se le concedió la embajada de República Dominicana al exgobernador priista de Campeche, Carlos Aysa González, su padre).
Y en una de ésas un poderoso que acepta alegremente a todos los anteriores con sus corruptelas, y que actúa cada vez más como un neoliberal, el propio Andrés Manuel…