Ignacio González Rebolledo. Desde aquí te abrazo, buen amigo. Ni creas que te has ido.
No sé cómo podrá calificar la Biología a la especie de animales que somos los seres “humanos”. No puedo entender que asesinen a niños y mujeres; ¡y luego la forma de matarlos! con solo pensar lo que deben de haber sufrido, horroriza…
El que una criatura salga de su casa, vaya a la esquina a comprar cualquier cosa, y ya nunca regrese; es algo tan terrible que solo lo pueden saber quienes lo sufran en carne propia; como los padres de Debanhi, la hermosa joven que fue asesinada en NL…
No puedo entender que haya personas que “desaparezcan”; que nunca las encuentren y que, en consecuencia, los familiares les exijan a las Autoridades acabar con este infierno, en el que cualquiera puede ser víctima por el solo hecho de ser mujer…
Lo recién sucedido en NL, sólo puede concebirse como hechos realizados por personas enfermas; ya que todo indica que no se trata de un asesino serial. Pues sucede todos los días y en todo el País. Como bien lo dijo, Samuel García, el nuevo Gobernador de NL…
Y si bien es cierto que el problema viene de antaño, como también lo aseguró el joven Mandatario, los crímenes son de hoy, cometidos en su administración. Y la Secretaría de la Mujer, que acaba de crear -algo parecido al INMUJERES- teniendo a Eusebia González, al frente de ella, no lo va a solucionar…
Por lo que los feminicidios continuarán sucediendo todos los días; porque el problema no es de policías y delincuentes. El problema es de salud. La gente está enferma. Se necesita estar muy mal, muy enfermo para cometer ese tipo de crímenes…
La sociedad está enferma; y no solo aquí en México, en Brasil, en EE.UU. y en Ucrania: el mundo está enfermo. Y como nadie puede dar más que lo que tiene, el Planeta está enfermo; o, mejor dicho, lo estamos enfermando…
Lo mejor de todo es que nos decimos inteligentes. ¡Que ya llegamos a La Luna y a Marte! ¡Magnífico! Pero… ¿Somos mejores como seres “humanos”? ¿Son mejores unos que otros porque tienen más y mejor armamento?…
Todos los días les llevo de comer a unos animales; y hace un par de semanas “apareció” una perrita que evidentemente estaba esperando cachorros; por consiguiente, necesitaba comer más que los demás…
Por lo que, literalmente les quitaba del hocico la comida a los otros; sin que ninguno, hembras y machos, siquiera le gruñera, menos que le peleara. Entendían que estaba preñada…
Siendo oportuno recordar que “El único animal que daña a su pareja, es el ser humano”…
Y algunos hasta se dicen y se sienten superiores. Hechos a imagen de El Creador que, de ser cierto, debe ser una inmensa porquería; porque, al no querer adaptarnos a vivir conforme a la Naturaleza y destruir todo lo que por enfrente se nos pone, eso es lo que somos…
Bien dijo Anaxágoras (500 – 428) conocido como el Padre de la Física y Maestro de personajes como Pericles (495 – 429) o Demócrito (460 – 370): “A lo más que puede aspirar el hombre, es a conocer las Leyes de La Naturaleza y someterse a ellas”…
Nunca habló de viajar a las estrellas. Quien habló de ellas, fue Pitágoras (569 – 475) cuando dijo que “El hombre que actualmente puebla El Planeta, vino de las estrellas, por eso siempre querrá regresar a ellas”…
Y ese es precisamente el problema. Bien dicen que “A la tierra que fueres, haz lo que vieres”, pero nosotros no nos adaptamos a vivir en La Tierra y sus Leyes. Aquí llegamos y queremos imponer las nuestras. Vivimos contra natura. Y vamos mal. Seremos una especie de corta duración. Los dinosaurios eran más inteligentes, vivieron mucho más de lo que nosotros podremos vivir en medio de esta olimpiada de estupideces…
Por lo que, así como lamentablemente no dejaremos de destruir a La Naturaleza, tampoco pararán los feminicidios. Pues toda vez que somos el resultado de lo que hemos comido; mientras no comamos de otra manera, nunca cambiaremos…
No obstante, no todo está perdido; hay una solución: Como todos tenemos nuestro propio mundo, se puede hacer magia; porque si uno cambia, el mundo cambia de igual manera. Solo hay que comer de otra manera. Se crea, o no.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.