sábado, noviembre 23, 2024

Dos Bocas huele a Odebrecht

Dos Bocas huele a Odebrecht. Rocío Nahle dejó pasar a estos dos corruptos y lo sabe: Leonardo Cornejo Serrano y Juan Carlos Tapia Vargas

El esposo de Rocío Nahle ha sido señalado por varios periodistas como el que mueve todo el mundo de contratos en la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco. Ahí está operando para Rocío Nahle, quien es la verdadera responsable. Pues este sujeto, con la venia de la Nahle, ha dejado pasar, tanto en puestos directivos como en empresa, a funcionarios y contratistas vinculados a las negociaciones ilegales con Odebrecht. Vale mencionar que los sobornos de esta empresa brasileña tienen en prisión a Emilio Lozoya. Luis Cárdenas, columnista de El Universal nos ponme al tanto de estos casos. El primer sujeto es Leonardo Cornejo Serrano, colocado en un puesto directivo de la refinería. Al parecer este sujeto, como “subdirector de Pemex, recibió en sus oficinas a Luis Meneses Weyll, director de Odebrecht en México, ¡unas 47 veces!, de acuerdo a la investigación, Odebrecht habría pagado 6 millones de dólares en sobornos a Emilio Lozoya, entonces jefe de Cornejo, para que se le adjudicaran las obras de Tula”. El otro sujeto es Juan Carlos Tapia Vargas, denunciado penalmente por huachicoleo del poliducto Tula-Salamanca, quien “fue encontrada culpable de operaciones irregulares con Odebrecht y sancionada por la Secretaría de la Función Pública en el 2019, inhabilitando al empresario para obtener contratos públicos por dos años y medio”. Seguramente, con ayuda del esposo de Rocío Nahle, este empresario logró adjudicarse, poco después de la inhabilitación, el contrato PTI-ID-S007/2019 por más de 78 millones de dólares para la construcción del elefante blanco insignia de López Obrador”. Por supuesto Rocío Nahle está enterada, pero al parecer tiene permiso del presidente para dejarse corromper.

Habla López Obrador de aliarse con Bolivia, Argentina y Chile para explotar el litio; pura falacia y fantasía que vende a sus chairos

Todos los chairos aplauden al presidente López Obrador por la nacionalización del litio; Claudia Sheinbaum hasta lo comparó con Lázaro Cárdenas por la hazaña nacionalista. Ahora el presidente anuncia con bombo y platillo que junto con Bolivia, Argentina y Chile se van a asociar para explotar el litio, que es llamado el oro blanco. Sin embargo, la cosa no es tan fácil como sembrar chiles y recogerlos en la temporada de cosecha. La BBC señala que Bolivia tiene 10 años tratando de explotar el litio y sin embargo no ha tenido éxito ni ha brindado beneficios para los bolivianos esa riqueza mineral. Señala el reportaje de la BBC: “Bolivia no avanza a paso firme en la explotación del litio por diferentes motivos relacionados a la tecnología, la experiencia y las diferencias políticas, según el experto en la materia Juan Carlos Zuleta. Bolivia no tiene experiencia en la producción de recursos evaporíticos. A diferencia de la producción tradicional de minerales, para producir recursos evaporíticos se requiere otra clase de conocimientos”. Si Bolivia, que tiene más de una década tratando de explotar el litio no ha tenido éxito, ¿qué le espera a México? Es por ello que por más que el presidente López Obrador diga que México es rico en litio y que eso nos va a sacar de la crisis que se vive en el país, la verdad no sólo es una falacia, sino una fantasía que el presidente le vende a los mexicanos después del fracaso de su reforma eléctrica.

López Obrador defiende a su amigo, el que le dio chamba ficticia a su hijo para excusar la Casa Gris de Houston. “Es una gente de primera, un hombre recto que quiere servir”

Daniel Chávez es un empresario mexicano que supo ganarse la confianza y el apoyo del ahora presidente López Obrador. Su mérito lo tiene, Daniel Chávez, dueño del imperio hotelero de Vidanta, apoyó a AMLO hasta en sus campañas perdedoras. Es por ello que el presidente le tiene gran consideración, y si a esto sumamos que Daniel Chávez acudió al auxilio de su amigo cuando se descubrió la Casa Gris de Houston de José Ramón López Beltrán, la amistad se consolidó. Daniel Chávez ordenó a sus hijos que le inventaran una chamba a López Beltrán y en dos días ya estaba en la web algo llamado KEI Partners, una empresa propiedad de sus hijos Érika e Iván Chávez, que presta servicios a Vidanta. Es por ello que el presidente López Obrador debe defender a su amigo cuando hay señalamientos serios de que este sujeto fue quien influyó la decisión para que se cambiara la ruta trazada del Tren Maya. Señala Ricardo Raphael en un artículo publicado en Proceso: “Pero la obra fue modificada cuando empresarios muy influyentes del sector turístico se quejaron ante López Obrador, argumentando que esos trabajos iban a afear el acceso a sus hoteles”. El presidente que dijo se había desterrado el influyentismo del gobierno, defendió a este influyente empresario: “Piensan los de Xcaret —porque yo siempre digo lo que pienso y mi pecho no es bodega— que todo esto, lo de Xcaret, es culpa de Daniel Chávez, que es hotelero y que nos está ayudando como supervisor honorario, porque yo se lo pedí, en el Tren Maya, porque es ingeniero y además es una gente de primera, un hombre recto que quiere servir”. Ah, porque el presidente, sin pruebas, aduce que Xcaret le paga al columnista para que acuse a su amigo. Así las cosas, en esta transformación de cuarta.

Armando Ortiz                       Twitter: @aortiz52                             @lbajopalabra

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