Aguascalientes es un estado minúsculo y árido enclavado en el centro del Altiplano.
Sus habitantes tienen que exprimirle el fruto a la tierra flaca para lograr algunos bienes magros.
Y sin embargo es un lugar próspero, porque han sabido allá aprovechar al máximo sus condiciones y han tenido gobernantes visionarios como el profesor Cuco Esparza Reyes, el Güero Landeros y Otto Granados Roldán.
Como no pueden vivir de los frutos naturales, los aguascalentenses le pusieron imaginación y encontraron otras formas para su desarrollo, como la instalación de maquiladoras e industrias, entre ellas la planta de Nissan, la más grande de Latinoamérica, que da empleo a las de 60 mil familias.
Pero el mayor tesoro ha sido su Feria Nacional de San Marcos, que tiene 200 años celebrándose durante las últimas semanas de abril y las primeras de mayo, como ahora mismo, que está dejando una derrama de miles de millones de pesos por sus 7 millones de visitantes.
A lo que voy es que las ferias tradicionales pueden ser una oportunidad fabulosa para sustentar la economía de una región.
Eso lo sabe perfectamente el alcalde Ignacio Morales Guevara, y por eso impulsó decididamente la Feria Patronal de Altotonga, que en 10 días tuvo casi 40 mil visitantes y originó una derrama adicional a la economía de Altotonga de entre siete y ocho millones de pesos.
Hacer una buena Feria requiere talento, imaginación y mucho trabajo, además de voluntad para arriesgar, cosa que al joven munícipe le sobra.
Por eso Nacho Morales se planteó una fiesta popular que rebasara las expectativas y consiguió una verbena de lujo, con artistas de primer nivel como Aleks Syntec, Mariana Seoane y Rocío Banquells.
Y no se quedó ahí, porque trajo a leyendas del futbol mexicano a jugar para el regocijo de los fanáticos y a luchadores también legendarios.
Logró una Feria como nunca antes, de lujo, exitosa, que además de traer alegría a los altotonguenses le metió recursos para la mejor supervivencia de la gente.
Los números para la economía de Altotonga son magníficos por estos diez días de intensa actividad ferial, pero además quedó sembrada la semilla para que la festividad crezca y se convierta en otra de las oportunidades que está plantando Ignacio Morales Guevara con el objetivo de mejorar la calidad de vida de su pueblo.
Y vaya que lo está logrando.