Juan José Llanes Gil del Ángel
Me entero hoy que Roberto Ramos Alor renunció a ese doble empleo que tienen los encargados del sector salud en Veracruz: por alguna razón, quien es Secretario de Salud de la entidad es, ex officio, Director General de Servicios de Salud de Veracruz.
Tengo presente de Ramos Alor, la siguiente anécdota: Al estallar la pandemia de COVID-19, el gobierno federal dispuso el resguardo obligatorio de aquellas personas adultas mayores y/o que presentasen comorbilidades. Para el personal de áreas estratégicas (salud, entre ellas), se presentó la posibilidad de que tales personas vulnerables pudieran optar por no asistir a laborar.
A la postre, México se colocó como uno de los países en donde más médicos fallecieron a causa del coronavirus desplegando su actividad en la llamada “primera línea de combate” a la pandemia.
En plena crisis de salud, sin que existieran vacunas aún, me consultaron algunos médicos: adultos mayores, con diabetes e hipertensión; algunos con una especialidad de alto riesgo: anestesiólogos que -me enteré en ese momento- son los que se encargan de entubar a pacientes que necesitan asistencia respiratoria. Habían requerido del sector salud estatal el equipo necesario para desempeñar su trabajo en los hospitales “reconvertidos”, sin obtener respuestas satisfactorias. Ante ello, les sugerí -en mi papel de abogado- que solicitaran formalmente que se les permitiera resguardarse. Ante la falta de respuesta, formulé para ellos una demanda de amparo indirecto.
Lo que siguió después de la presentación de la demanda de amparo me brindó una excelente enseñanza jurídica:
1.- El juez federal, al admitir a trámite la demanda, decretó una suspensión de oficio y de plano, porque estimó que la decisión de SESVER de mantener laborando a médicos (con 30 años de servicio, además), adultos mayores, diabéticos e hipertensos, configuraba actos que ponían en peligro su vida. Por tanto, ordenó su inmediato resguardo.
2.- SESVER reclamó esa suspensión, pero la confirmó un Tribunal Colegiado de Circuito. El Poder Judicial Federal enfatizó que la necesidad del sector salud de contar con médicos no podía convalidar el que se colocara en riesgo la vida de los profesionales de la salud; que, en cualquier caso, SESVER debía proveer lo conducente para cumplir con su obligación de proporcionar servicios de salud a la población, pero sin exponer la vida de galenos.
3.- La sentencia del Juez Federal, que concedió a la postre el amparo solicitado, resaltaba que “…de obligar a la parte quejosa a que acuda a realizar sus labores de manera normal en …. se le pondría en grave riesgo de que se contagie de COVID-19, y al ser una persona vulnerable, ser más propensa a perder la vida por esa causa. De ahí, que se insista que debe privilegiarse su salud y su vida.”
4.- El organismo que dirigía Ramos Alor, no conforme, impugnó ese fallo, que fue confirmado en revisión por un Tribunal Colegiado de Circuito. El contenido de tales decisiones judiciales es información pública, y se puede acceder a los fallos contando con los datos del juicio en cuestión: el juicio de amparo indirecto 203/2020 del Juzgado Primero de Distrito en el Estado, por citar uno de ellos.
Meses después, al comparecer Ramos Alor ante el Congreso del Estado de Veracruz (para la glosa del Informe de Gobierno) dijo que los médicos que habían recurrido al Poder Judicial Federal eran “traidores a la Patria”. El gobernador Cuitláhuac García Jiménez, antes, había dicho que los médicos que promovieron amparos habían sido “engatusados” por abogados…Deploré en aquel momento (y aún deploro), que desde el poder público se criminalice a quienes recurren a un medio de control constitucional.
Que haya quien -como Ramos Alor- se haya atrevido a sostener que “traicionan a la Patria” los que acuden -no en vano, como se deduce de las sentencias- en busca de proteger sus Derechos Fundamentales (la vida, por ejemplo). Me parece que son frases que traslucen el más puro autoritarismo que solo puede ser tachado de delirante.
Hoy, renunció Ramos Alor a su encargo público. Le brindó emotiva despedida el gobernador García Jiménez aplicándole el calificativo que, quizás, más les guste a su ahora ex colaborador: el de “correligionario”. Pero no se conformó con eso. El titular del Poder Ejecutivo dijo, además:
“El día de hoy he decidido aceptar la renuncia de nuestro querido amigo y correligionario, Dr. Roberto Ramos Alor, a quien agradezco haberse entregado a los grandes principios humanistas del galeno, atender la salud y la vida de los demás, incluso a costa de la propia…”