En lugar de que aparecieran los gestos humanistas entre la tropa de sector opositors que atinadamente encabeza Claudio XXX, sobre el miserable ciberbullyng al que fue sometido el hijo del Presidente, lo que hicieron fue soltar a sus jéiters más pendencieros y patibularia para reforzar este ejercicio para hijos de la chingada. Si yo que soy un chavorrucazo muy curtido y estoy acostumbrado a los linchamientos digitales ultraderechosos me puedo llegar a sentir un poco atribulado ante un ataque de bots, jéiters y trolls (luego me acuerdo que son monstritos sin amortz que no habitan una vida, sino pinchis algoritmos, y se me quita), ya me imagino lo que esta experiencia infernal, disfrazada de libertad de expresión, puede generar en un menor de edad como Jesús Ernesto.
Es tal el resentimiento y la frustración de los opositores (yo lo atribuyo a que en YouPorn siguen pasando la repetición de las elecciones de 2018 y agregaron las de 2021 y 2022) que suplantaron la cuenta de Sin Embargo y de ahí emergieron los bots más parecidos a Fox, Lozano y Alazraki que encontraron, de esos que si te muerden y no estás vacunado te convierten en Lilly Téllez.
Lo único que te devuelve la fe en la humanidad es la entrevista magistral que Loret le hizo al supuesto secuestrador de los montajes de García Luna Productions, Israel Vallarta. Un trabajo periodístico impecable que te hace pensar que si Calderón merece el Nobel de la Paz, a Carlitos ya le tendrían que dar un Pulitzer honorario.
Hasta donde recuerdo, ni en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales ni en la Carlos Septién se le proporcionan al alumnado estas técnicas de la entrevista que lleva madrazos incluidos. De hecho, pensé que tan avispado periodista iba a sacar el tehuacán y el chile piquín para que Vallarta soltara toda la sopa.
Algo que solo se compara con la señora reportera Lourdes Mendoza que, gracias a una persona desconocida que le contó todo el chisme, supimos que la Marina está husmeando en las maletas en el aeropuerto, seguramente, infiero —no para hartar a la gente y que se vaya al AIFA, como ella afirma— sino para sacar cosas y dárselas a los venezolanos que vienen a imponer el comunismo chavista como asegura la señora Pagés. No se rían.
Esta bonita entrevista loretiana, basada en los métodos periodísticos del Negro Durazo en Tlaxcoaque, va a ser de mucha utilidad a las futuras generaciones de comunicólogos y periodistas. ¡Enhorabuena!
Jairo Calixto Albarrán
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