Agencias/Sociedad 3.0
El Congreso de Estados Unidos publicó un informe en el que identifica y coloca en un mapa los puntos desde donde operan los principales cárteles de la droga en México.
En dicho informe, realizado por el Servicio de Investigaciones Legislativas norteamericano, se señala al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y al Cártel de Sinaloa como los principales generadores de violencia del país.
El intento por controlar la producción y trasiego de droga en territorio nacional y de manera internacional deriva, de acuerdo con el informe, en las batallas que sostienen por la disputa del territorio.
En el reporte, el Congreso de EU detalla cuáles son las zonas del país en las que operan estas organizaciones criminales.
De acuerdo con los mapas adjuntos, en todos los estados de la República hay producción y tráfico de drogas, excepto en Chiapas, pues este estado no fue marcado con presencia delincuencial de este tipo.
De acuerdo con el informe “México: Crimen organizado y organizaciones de tráfico de drogas” hay nueve grupos predominantes, los cuales se dividen en cientos de células y mafias.
Los cárteles de la droga en México identificados por Estados Unidos son: Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de Sinaloa, Cártel del Golfo, Cártel de los Beltrán Leyva, Los Zetas, Cártel del Noreste, Caballeros Templarios, Los Viagras, La Familia Michoacana, Los Rojos, Cártel de los Arellano Félix y el Cártel de Juárez.
Según los mapas, el CJNG es el grupo con más presencia en el país, debido a que controla varias de las demarcaciones de occidente y oriente.
Esta organización criminal también tiene presencia en estados del norte del país y se encuentra en disputa del sur.
Por otra parte, el Cártel de Sinaloa, cuyo líder era Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien se encuentra encarcelado en EU, controla y se disputa entidades en el noroeste del territorio nacional.
El Cártel del Golfo cuenta con presencia en el este, exceptuando estados cercanos al Caribe mexicano
De acuerdo con las autoridades de EU, los grandes cárteles utilizan una estrategia denominada como “proxy war” o guerra de peones, a través de la cual usan grupos criminales pequeños o células delictivas para controlar la distribución de drogas en diversos puntos del país.