Desde ayer me ocupo en este breve espacio -en el que sí están- del Presidente y de su reiterada falta de congruencia, y me resulta de ello cierta preocupación porque parece encajar en un trastorno que la siquiatría conoce como paratimia.
Cito a la cátedra:
“Paratimia: ocurre cuando la persona que lo sufre es incapaz de expresar una emoción con lo que realmente está sintiendo, por lo que esa emoción confunde al resto de las personas que lo rodean.”
Siente una cosa, pero expresa un sentimiento diferente, lo que se puede ampliar a que piensa algo, pero dice lo contrario.
Luis Estrada, Director de Spin, Taller de Comunicación Política, y autor del libro El imperio de los otros datos, Tres años de falsedades y engaños desde Palacio, ha hecho sus cuentas y afirma que “Todo lo que dice AMLO es mentira. Ha mentido más de 76 mil veces en sus mañaneras”.
Y de regreso al trastorno que hoy nos ocupa, los siquiatras señalan dos tipos de él:
“Paratimia negativa: la persona expresa una emoción triste durante un periodo de tiempo prolongado, pudiendo sentirse feliz, pero es incapaz de expresarlo”.
“Paratimia positiva: al contrario que el anterior, este estado se mantiene en el tiempo, y mantiene un estado de euforia o hiperactividad que puede prolongarse y desconcertar al resto”.
Lo preocupante es que este mal generalmente tiene como origen una esquizofrenia, “que es un tipo de demencia, aunque también puede ocurrir por un golpe o lesión en la cabeza que haya provocado un daño cerebral”. También puede ser efecto de una psicosis maniacodepresiva.
Alivia saber que no hay constancia de que Andrés Manuel López Obrador haya recibido un batazo o un pelotazo en la cabeza durante algún juego de beisbol, el deporte que le apasiona, como buen tabasqueño/veracruzano.
Pero pone a pensar que la paratimia “también puede deberse a un trastorno en el estado de ánimo, como por ejemplo la bipolaridad”.
Tener un gobernante que siente o dice una cosa y expresa otra diferente ya es como para ponerse a pensar, pero lo que sí resulta francamente peligroso es que quien maneja los hilos del poder padeciera una enfermedad de tipo mental.
No, señores proAMLO, no digo que su Patriarca esté mal de la cabeza, solamente expreso que algunas de sus acciones y muchos de sus dichos pueden dar paso a una especulación como esa.
Pero yo no afirmo nada, conste.