A raíz de los resultados de la elección del domingo en seis estados se ha desatado, de nuevo, el debate de si sirve o no la alianza opositora del PAN, PRI y PRD, y la conveniencia de que se les una Movimiento Ciudadano (MC). Al margen de utilizar datos individuales de encuestas de salida que serán útiles para esta discusión, presento un análisis de datos agregados de los resultados del domingo donde se demuestra que la alianza, efectivamente, suma y, por tanto, funciona.
Primer dato. Sólo en cuatro de los seis estados hubo alianza.
En dos, Aguascalientes y Durango, la coalición PRI-PAN-PRD ganó, es decir, el porcentaje de efectividad de esta unión de partidos fue del 50 por ciento. En el 50% restante, es decir, Hidalgo y Tamaulipas, se perdió. En la primera entidad por un margen muy amplio, pero en el segundo por una diferencia más estrecha. De hecho, si le sumáramos a la alianza los votos que sacó el candidato de MC en Tamaulipas, hubiéramos tenido una elección muy cerrada de 51% de la coalición de Morena y sus aliados versus 49% de una hipotética del PAN-PRI-PRD-MC.
50% de efectividad en donde hubo alianzas es, sin duda, mayor que el 0% que obtuvieron los partidos de oposición en los estados donde no se coaligaron. Me refiero a Oaxaca y Quintana Roo. Ahí la oposición no le hizo ni cosquillas a Morena y sus aliados. Arrasaron. Es lógico. Me van a disculpar la tautología, pero la división, divide. Si no hay unión, no hay suma de votos, lo cual fortalece al partido dominante, en este caso, Morena.
Es muy sencillo, si Morena quiere ganar en 2023 las dos gubernaturas en juego y en 2024 la Presidencia de la República, tiene que dedicarse a que el PRI vaya sin el PAN y que MC vaya por su cuenta. Es lo que pasó en Oaxaca e Hidalgo, donde el lopezobradorismo los aplastó.
Adiciono un dato muy interesante. En los estados donde no hubo alianza PAN-PRI-PRD se dio la participación más baja: 38% en Oaxaca y 40% en Quintana Roo. Ante la ausencia de una competencia real, sólo salieron a votar los votantes duros de Morena y sus aliados.
En otras palabras, estos comicios se convirtieron en el sueño de la movilización electoral, donde juegan un papel muy importante los operadores naturales de los comicios, es decir, los gobernadores. Menudo regalito de Alejandro Murat y Carlos Joaquín en esta competencia. Seguramente serán premiados por López Obrador.
Entre más percepción de una competencia reñida, la gente sale a votar más. No sorprende, en este caso, que la elección donde hubo mayor participación fue la más competida, es decir, Tamaulipas (53%).
El domingo, de acuerdo a los resultados de los seis PREP, se emitieron cinco millones 17 mil 649 votos válidos. De ellos, el 54% fueron para Morena y sus aliados y el 46% para la oposición, fuera o no coaligada. En esta ocasión, a diferencia del año pasado en la elección de Cámara de Diputados, tuvo más votos el lopezobradorismo. Sin duda, fue una buena jornada para ellos. Pero no son números malos para la oposición tomando en cuenta la cantidad de recursos que movilizó el gobierno federal para ganar. 46% para la oposición lo pone en un rango donde, creciendo la participación, bien podrían alcanzar.
Lo cual me lleva al tema de MC. Este partido insiste en ir solo en las elecciones del 2024. El pasado domingo, en los seis estados donde participó con sus candidatos propios, obtuvo 293 mil 773 votos, equivalentes al 5% del total de los cinco millones 17 mil 649 emitidos. A diferencia de 2021, no ganó en ningún estado. Su presencia fue testimonial. El lugar donde obtuvo una mayor votación fue en Quintana Roo (14%). Pero hubo tres estados —Hidalgo, Oaxaca y Tamaulipas— donde consiguió un escaso 3 por ciento.
Entiendo que la estrategia de MC es crear una identidad diferente a los partidos que gobiernan hoy y gobernaron en el pasado. Esto les podría redituar buenas ganancias en 2024 con una votación mayor a su histórica. Pero difícilmente ganarán solos y lo que sí pueden generar es que el resultado en 2024 se incline hacia un lado o hacia otro, previsiblemente hacia la coalición lopezobradorista, ya que le quitarían más votos a la oposición. Bien hace MC de jugar este juego en este momento para, llegado el tiempo de decidir, vender caro su amor.
Los números son contundentes. Las alianzas sí suman y generan más participación. Su porcentaje de efectividad es 50% versus cero cuando no van PAN, PRI y PRD coaligados. La posibilidad de la oposición de ganar en 2024 depende de la cantidad de partidos que se alíen para enfrentar a la impresionante maquinaria electoral que está armando Morena y que funcionó muy bien el domingo pasado.
Twitter: @leozuckermann