Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Minutos después de que José Manuel del Río Virgen salió libre del penal de Pacho Viejo, la Fiscal de Veracruz Verónica Hernández Giadáns, grabó un video donde leyó un texto plagado de mentiras sobre todo en su primer párrafo.
El mensaje careció del consabido preámbulo: Veracruzanas y veracruzanos; tampoco hubo un buenos días, buenas tardes o buenas noches. Nada. Furiosa por la dolorosa derrota que le acababan de infligir, pero vestida con sobriedad y elegancia, fue al grano frente a la cámara:
“Desde mi llegada como Fiscal General del Estado hemos trabajado siempre apegados a derecho, de manera responsable, sin distingos de ninguna índole, sin politizar ni mediatizar la justicia y mucho menos obedeciendo a grupos de interés o presiones mediáticas”.
Lo único cierto en este párrafo de 39 palabras es que no ha obedecido presiones mediáticas, todo lo demás son mentiras.
Hernández Giadáns ha violado la ley de manera sistemática casi desde que llegó a la Fiscalía y lo sabe. Tanto ella como el gobernador Cuitláhuac García y el secretario de Gobierno Eric Cisneros, han violado la presunción de inocencia de los detenidos al hacer escarnio de ellos en los medios de comunicación y politizar los casos.
Quizá no obedezca a grupos de interés, pero sí al gobernador y a su segundo de a bordo. Verónica no mueve un dedo si no es con la anuencia de ambos lo que es patético. La autonomía de la FGE y de su titular son puro cuento y eso también lo sabe ella como lo sabe todo Veracruz.
La detención y el envío a Pacho Viejo de José Manuel del Río Virgen fue por venganza y por ese mismo motivo están presos cientos de veracruzanos.
¿De dónde saca la señora que su trabajo ha sido apegado a derecho?
Su afirmación no sólo es insolente por falaz, sino que la denigra como funcionaria y como persona.
¿De dónde saca que ha actuado de manera responsable cuando la irresponsabilidad es el signo de su desastroso desempeño?
Y van botones de muestra: los seis jóvenes xalapeños encarcelados por ultrajes a la autoridad cuando los ultrajados fueron ellos. La detención de un muchacho acusado del asesinato de dos reporteras cuando se comprobó que a la hora del crimen (que fue en Cosoleacaque), el joven repartía comida en Xalapa en su motocicleta. Y un caso kafkiano: una joven desaparecida en Cardel, las declaraciones del gobernador diciendo que no estaba desaparecida sino “resguardada” y un cuerpo destazado encontrado días después en Chachalacas. Los padres de la presunta víctima aseguran que el cuerpo no es el de su hija y piden nuevas pruebas de ADN a lo que le está dando largas la Fiscalía.
Y lo que más le va a poder a la Fiscal en el futuro: la condena a 60 años de prisión de una mujer acusada de un asesinato ocurrido en Xalapa cuando la ahora inculpada jamás había pisado la capital del estado. Agentes ministeriales fueron por ella a México y durante el trayecto la torturaron y la violaron.
¿Eso es actuar responsablemente?
El remate de su perorata quedó para el registro: “En Veracruz estamos transformando la procuración de justicia trabajando bajo la premisa juarista ‘Al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie’”.
Y sí, hay que reconocerle que está transformando la procuración de la justicia porque la está revolcando en el fango llenándola de indignidad y oprobio. Nunca en 100 años la ley había sido tan mancillada y sobajada en Veracruz como en estos tiempos, los tiempos de Verónica Hernández Giadáns.
Pero la señora debe medirse y no igualarse; querer llevar agua a su molino tomándola del molino de Benito Juárez es una falta de respeto que no se merece el Benemérito.
Con la derrota a cuestas Verónica se engalló: “Hago un puntual señalamiento, la sentencia emitida no exonera a José Manuel N como probable responsable de lo que esta Fiscalía le ha señalado”.
O no sabe o no quiere entender que si un juez federal ordenó la inmediata liberación del funcionario, es porque determinó que la Fiscalía estatal que ella maneja NO PRESENTÓ PRUEBA ALGUNA que comprobara su responsabilidad en el asesinato de René Tovar. ¿Qué argumentos va a esgrimir si carece de pruebas?
Y Cuitláhuac García no le fue a la zaga. “Es lamentable que unos jueces federales insistan en torcer la Ley a conveniencia del presunto homicida sólo porque tiene un amigo pudiente” escribió en sus redes.
Se vuelve a equivocar el señor gobernador porque quienes han torcido la ley son ellos.
Si Cuitláhuac no lo visualiza así, es su bronca. Lo mismo de Eric Cisneros al que su soberbia no lo deja ver el berenjenal en el que está metido precisamente por torcerle el brazo a la justicia en casi cuatro años.
Pero Verónica Hernández Giadáns sí debe estar consciente de que ha pasado por encima de la ley una y otra vez y además que está mintiendo. Y esto tarde que temprano se paga.
El video me lo mostró un colega que me dijo: “¿Ya viste la sarta de mentiras que está diciendo esta mujer?” Y al observar su elegante indumentaria agregó: “Lástima de ropita”.
Y en efecto, lástima de ropita, señora Hernández Giadáns.