El país se desangra, la violencia sigue desbordándose y los criminales ya no tienen temor ni a Dios –pues la tarde de este lunes acribillaron a dos indefensos jesuitas en la sierra Tarahumara, de Chihuahua, sumando ya siete sacerdotes asesinados en lo que va de este sexenio, según datos del Centro Católico Multimedial–, mientras las áreas de seguridad pública del gobierno federal son puestas en manos de personajes con dudosos antecedentes o distraídos en la búsqueda de futuros cargos de elección popular.
Ayer, por ejemplo, por instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, quien aspira a suceder a su amiga Claudia Sheinbaum en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, formalizó el nombramiento de Clara Luz Flores como titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Pero pasaron por alto que la ex alcaldesa de Escobedo, quien luego de militar más de 20 años en el PRI renunció el año pasado para ser candidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León, terminó perdiendo las elecciones pese a que encabezaba todas las encuestas, precisamente porque dos meses antes de los comicios se filtró un video de una sesión que mantuvo en 2016 con Keith Rainiere, el fundador de NXIVM, una de las sectas más macabras de los últimos tiempos, el cual fue condenado en Estados Unidos por tráfico de personas, explotación sexual y posesión de pornografía infantil.
Otro caso especial es el de Ricardo Mejía Berdeja, quien sólo trabaja como subsecretario de Seguridad del gobierno federal de lunes a viernes, pues desde abril anda abiertamente en precampaña por la candidatura de Morena a la gubernatura de Coahuila, su estado natal, del cual se desarraigó, pues de 2015 a 2018 fue diputado local plurinominal por el estado de Guerrero, en cuya gestión presidió las Comisiones de Seguridad Pública y la Especial de Seguimiento al Caso Ayotzinapa, sobre los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en septiembre de 2014, caso que hasta la fecha no ha sido esclarecido plenamente.
El mes antepasado, Mejía Berdeja, quien hasta 1997 militó en el PRI, solicitó formalmente licencia para separarse de su cargo con el propósito de promover en Coahuila la consulta de revocación de mandato, pero para ratificar al presidente López Obrador.
Ahora, los fines de semana viaja para reunirse con los diversos sectores sociales del estado que aspira a gobernar en 2023.
Este sábado 18, por ejemplo, congregó a maestras y maestros de Torreón, no para hablarles de sus resultados en materia de seguridad pública sino para hacerles un llamado a la unidad dizque para recuperar la democracia en el estado.
“Quiero convocarlos a la unidad porque estamos llamados a grandes batallas y recuperar la democracia sindical, el Congreso de Coahuila y el Gobierno del Estado”, les dijo.
Y sí, les habló de “secuestradores”, pero de los que según él secuestraron el estado de Coahuila y al magisterio. “Ambos han sido secuestrados por un grupo rapaz y corrupto que tiene 18 años apoderado de las estructuras gubernamentales y educativas”, acusó.
El subsecretario afirmó que es tiempo de “desmoreirizar el sistema educativo de Coahuila”, en referencia a los ex gobernadores priistas Humberto y Rubén Moreira Valdez, cercanos al magisterio, pues Humberto –quien en el proceso electoral de este 5 de junio arremetió en contra de su hermano y de su esposa Carolina Viggiano, secretaria general del CEN del PRI y ex candidata a la gubernatura de Hidalgo– fue el primer maestro de profesión en gobernar Coahuila, de 2005 a 2011, gracias al apoyo de su madrina política Elba Esther Gordillo Morales, en ese entonces poderosa dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y ahora aliada de la 4T.