miércoles, noviembre 27, 2024

AMLO en Washington: ofrecerá inversiones ¿y la cabeza de Nahle?

Uno de los objetivos prioritarios para el gobierno de López Obrador, en la segunda reunión bilateral que hoy tendrá con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, será la de tratar de restaurar la confianza del gobierno de Estados Unidos, pero sobre todo de sus empresas, fondos e inversionistas, para que vengan a invertir en México y generen empleos que permitan reactivar la economía y superar la grave crisis económica y enfrentar la amenaza de una recesión que se cierne sobre la economía de los dos países.

En ese objetivo, el presidente mexicano va dispuesto a todo y ofrecerá «las perlas de la Virgen» con novedosos «paquetes de incentivos y estímulos fiscales» para que las inversiones estadounidenses, que se alejaron a partir de lo que sucedió con la reforma eléctrica y energética, suspendan sus demandas y sus amenazas de controvertir a México ante el T-MEC, y en lugar de eso reanuden e incrementen su apuesta por el mercado mexicano.

Eso es parte de lo que estuvo trabajando en las últimas semanas el gobierno lopezobradorista de manera estrecha con el embajador Ken Salazar y de lo que provocó que en Washington comenzaran a circular de nueva cuenta los rumores y versiones sobre una presunta «traición» del diplomático de Colorado hacia los intereses estadounidenses, como lo reclamaba aquel duro editorial de las periodistas Natalie Kitroeff y Maria Abi-Habib en «The New York Times» el pasado 5 de julio. Salazar conoció y trabajó, junto con los asesores de Palacio Nacional, la propuesta de «apoyos a la inversión», que presentará el mandatario mexicano a Joe Biden en la Oficina Oval.

Y en ese planteamiento para relanzar la inversión estadounidense, que será parte de la agenda del encuentro bilateral, además de los temas de migración, seguridad y otros, habría una oferta de López Obrador para mejorar las condiciones y la certidumbre para la inversión, sobre todo en el sector energético nacional. Y ese paquete podría incluir algunos cambios en su gabinete para mandar «señales de confianza a los inversionistas», como por ejemplo la salida de la actual secretaria de Energía, Rocío Nahle, cuya figura es de las más cuestionadas por las empresas estadounidenses en el sector energético.

Eso tendría sentido tras la entrega e inauguración de la «primera fase» de la Refinería Olmeca o de Dos Bocas, tras la cual, se dice en Palacio Nacional, Rocío Nahle habría concluido su primer ciclo en el gobierno de la 4T.

Si se confirma después del viaje a Washington el movimiento, ¿a dónde iría Nahle, que como todos sabemos ya se promueve rumbo a las elecciones de gobernador en Veracruz en 2024 con todo y anuncios espectaculares? Las señales apuntan hacia la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, que encabeza un Jorge Arganis que en dos años en el puesto no ha hecho absolutamente nada y al que se le cayó la inversión en carreteras, se le degradó la aeronáutica y hasta le tuvieron que quitar el control del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por el caos que generó y que hoy está en manos de los militares de la Secretaría de Marina.

Veremos qué tanto éxito tiene la propuesta que AMLO presentará a un Joe Biden que, aunque se sabe desairado, plantado y hasta ofendido por los desplantes y descortesías de su homólogo, al final lo necesita para resolver la crisis migratoria y, en su debilidad interna por las presiones sociales, políticas y sobre todo económicas, no tendrá más que sonreír, escuchar y analizar los planteamientos de López Obrador, al que volverá a llamar «amigou» y se tomarán la foto sonrientes y elogiosos uno con el otro. ¿Volverán las oscuras golondrinas de los capitales, fondos e inversiones estadounidenses en el balcón mexicano sus dineros a colgar?

Ya lo veremos.

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