v Eliminar a diputados y senadores de representación proporcional
v Desaparecer el INE y los Organismos Públicos Locales Electorales
v Quitar el financiamiento ordinario a los partidos políticos
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
En la agenda legislativa nacional, desde la Cámara de Diputados, el Senado y los Congresos Estatales, el siguiente punto a tratar en las sesiones ordinaria será el de la llamada Reforma Electoral, que pretende modificar varios artículos de la Constitución, para entre otros asuntos, eliminar los representantes de proporcionales, la eliminación del presupuesto de financiamiento ordinario a los partidos políticos, al igual que la desaparición del Instituto Nacional Electoral y los Organismos Públicos Locales Electorales los famosos OPLEs.
El decreto de modificación a la Constitución ya fue enviado por el presidente de la república a la Cámara de Diputados desde el pasado 28 de abril, pero hasta el momento no ha sido presentado al pleno para su discusión, por todo lo que se pretende modificar y que en gran medida afecta a los intereses de los partidos políticos, que son los que tendrían que aprobarlo.
Son diez puntos básicos y polémicos todos ellos, por lo que se considera muy difícil que al final de cuentas vayan a ser aprobados como se pretende.
Por ejemplo, se eliminan 200 diputados federales y 32 senadores para dejar en 300 el número de integrantes de la Cámara de Diputados y en 96 el del Senado, pero con ello también el partido de MORENA obtendría una mayoría absoluta y podría legislar todo lo que quiera sin ningún problema, como en los viejos tiempos lo hacia el PRI.
Otro botón de muestra de la polémica es el pretender limitar el financiamiento de los partidos políticos, solamente para gastos de campaña electoral y suprimir el llamado financiamiento ordinario, que se les entrega mensualmente cada año; al mismo tiempo, regular las aportaciones de las personas a los partidos y el uso de tales recursos por parte de éstos.
Dotar al país de un sistema electoral que brinde seguridad, respeto al voto, honradez y legalidad, dicho en otras palabras, desaparecer al Instituto Nacional Electoral, que por cierto trata de convencernos de que el INE somos todos, con un bombardeo de promocionales en radio y televisión.
Otros de los motivos de la iniciativa de Reforma Electoral del presidente López Obrador son: Erigir autoridades administrativas y jurisdiccionales honestas e imparciales que se mantengan fuera de la lucha por el poder.
Garantizar la libertad política para todos los ciudadanos y ciudadanas, sin censura.
Construir un ámbito nacional en el que partidos y candidaturas independientes cuenten con garantías para su libre participación en la lucha por el poder político.
Conformar un solo mecanismo electoral nacional con instituciones administrativa y judicial únicas, bajo el principio de la austeridad republicana.
Elegir mediante voto secreto, directo y universal a las máximas autoridades electorales administrativas y jurisdiccionales, por postulación de candidaturas a cargo de los poderes de la Unión.
Elegir a ambas cámaras del Congreso de la Unión mediante votación en cada una de las entidades federativas, con el uso del método de listas postuladas por los partidos y candidaturas independientes. Se trata del mecanismo de representación proporcional más plural que se haya propuesto en la historia del sistema político mexicano.
En los estados y municipios, los Congresos y los ayuntamientos se regirán por el mismo principio de listas postuladas en una sola demarcación que abarca la totalidad del territorio del estado o municipio respectivo.
Pero como diría Pancho López el filósofo xalapeño ateniense: “eso está por verse”.