viernes, noviembre 22, 2024

Mucho brinco en piso disparejo

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Marcelo Ebrard es un político de ya muy curtida experiencia en las lides del poder, en el contexto en el cual ahora se mueve compite por la candidatura de MoReNa a la presidencia de México, y junto a Monreal superan con creces a sus competidores en la justa sucesoria, Claudia y Adán Augusto, esto lo tiene muy presente quien dirige la orquesta, en cuyo ritmo los dos primeros desafinan, pues no pertenecen al “coro griego” del “sí señor”, o, simplemente no desfilan entre “los puros”. Por esto último, entre la clase política gobernante subsiste la percepción de que ni Marcelo ni Monreal difícilmente serán agraciados con la candidatura postulada por MoReNa, y se entiende les sería muy difícil (por no escribir imposible), arrebatarle el privilegio de designar candidato (a) y presunto (a) sucesor (a) a López Obrador. Hacer frente a esa eventualidad es una de las circunstancias de Ebrard y Monreal, el cómo lo harán está por verse, y si lo harán en común consenso o cada uno por separado. Por cómo se han venido desarrollando los acontecimientos, se percibe a Monreal más cerca de la puerta de salida de MoReNa, aunque se ignora si Marcelo Ebrard permanecerá en ese proyecto en caso de no resultar el elegido del señor y de terminar por concluir que compite en un piso nada parejo, para él al menos. No obstante, es adelantar vísperas porque aún falta mucho trecho por recorrer y en ese transcurso pudieran suscitarse acontecimientos aún no imaginados debido al dinamismo con el que ocurren. La inflación, la inseguridad con su acentuado ribete de violencia, la economía en crisis, y el poderoso influjo del gobierno estadounidense por la intensa interrelación económica son insumos de cuyos efectos pueden esperarse diversas consecuencias. Es decir, aún nada está escriturado, en materia electoral todo está en proceso; o sea, nada para nadie, excepto querencias sujetas al tiempo y a las circunstancias.

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