Por Edgar Hernández*
La magia de la propaganda del ex priista López Obrador.
Cuando dos décadas atrás un disminuido Pejelagarto deambulaba por los pueblos pidiendo el voto, los partidos PRI y PAN, compartiendo la presidencia, jamás imaginaron que en el ataque sistemático a lo más corrupto de sus exponentes y la cooptación de lo más destacado de esa podredumbre, constituirían las bases del derrumbe en el 2018.
La hoy oposición jamás pensó que el hoy presidente les daría una sopa de su propio chocolate al aliarse, en abierto, con los Carteles delincuenciales –abrazos no balazos-.
Por la mente de los connotados priistas y panistas jamás pasó que López Obrador pactaría impunidad con su eterno enemigo Carlos Salinas y su grupo a cambio de la consumar alianzas con los hombres del capital que encabezan Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego a través de Romo.
Quien pensaría de los viejos priistas acostumbrados casi un siglo en el poder, que el presidente saliente Enrique Peña Nieto, consumaría pactos en lo oscurito con este ex priista poco confiable quien hoy pretende desconocer el compromiso con quien le permitió llegar a la silla de Palacio Nacional.
Ya mismo si hay rateros y saqueadores es herencia del viejo PRI. Si persisten las corruptelas de gobierno es por el PRI. Si no hay medicinas, Niños con cáncer, nepotismo, saqueo de las arcas, los muertos de cada día en una guerra sinfín de la delincuencia organizada y pobreza extrema es por el PRI.
Los periodistas caídos son la resultante de su mal comportamiento y por ser viejos aliados del conservadurismo, es decir, por los priistas y panistas.
El “No somos iguales” es el enemigo intangible que mete en el costal a opositores, a madres de hijos desaparecidos, a desempleados y víctimas de la violencia. Son la consecuencia de los malos gobiernos del PRI y del PAN culpables de todo mal pasado, presente y futuro.
Es ahí, en esa propaganda política donde el gobierno de López Obrador esconde la realidad de su mal gobierno.
Mientras la oposición no sabe cómo defenderse.
Siempre gobierno desconoce cómo salir a la calle a protestar por los corruptos de hoy; inventores de los fraudes electorales no acierta a la denuncia; artífice de la corrupción, no quiere ni puede contrarrestar la etiqueta y persistir en la denuncia de quienes hoy son gobierno, que también fueron priistas.
Y lo peor.
No saben defender a las instituciones creadas por gobiernos priistas y panistas en beneficio de la ciudadanía que por más de 80 años se construyeron y consolidaron.
La oposición como tal, simplemente no ha sabido explicar que los malos priistas o están en la cárcel o han migrado a Morena. Simplemente no saber ser oposición y se anulan con sus divisiones internas.
Hoy Morena es el crisol que solo cambió de nombre a los programas de Sedesol para hacerlos electoreros bajo el membrete del Bienestar. Es el partido o movimiento que hecho gobierno lleva al paroxismo su apetito de poder y gusto por el saqueo de las arcas públicas.
Es el que no guarda los equilibrios y gobierna desde un Palacio rodeado de pendejos y sumisos como es el caso de ciertos gobernadores, entre ellos el de Veracruz, el atarantado Cuitláhuac García, capaz de modificar la Constitución local para traer a la zacatecana Rocío Nahle a gobernar a más de ocho millones de veracruzanos.
Mientras, la oposición solo mira.
No hay quien le diga la verdad sobre el avión presidencial, que no ha generado empleos, que la educación está en manos de delincuentes, que no hay apoyo a la cultura, que la salud está por los suelos al igual que la seguridad, que la economía está estancada, que la gasolina sigue subiendo y que seguimos haciendo el ridículo en el extranjero.
Quién se atreve de los partidos políticos, que no sea la sociedad civil, a decirle que el Felipe Ángeles y Dos Bocas son monumentos a la ineficiencia y corrupción, que los feminicidios y crímenes de odio no paran, que es escandalosa la complicidad en la adjudicación de obras a Pemex, de parte de empresas amigas y que la familia de López Obrador está en franca recaudación.
La oposición está paralizada.
No actúa. Permite que le endilguen responsabilidades no cumplidas por la “brutal corrupción del pasado” sin atreverse a responderle al mayor mentiroso de Palacio.
Es una oposición desmadejada. Tímida. Timorata. Acosada por el temor de que se vaya a enojar el Peje y los lleve a prisión con solo mencionarlos en sus “Mañaneras”.
Esa la amenaza que se cierne sobre “Alito” Moreno a través de la ex priista Layda Sansores hoy gobernadora de Campeche. Es lo que llevó a Ricardo Anaya a huir al extranjero y es lo que tiene paralizado en Veracruz, al rapaz de Miguel Angel Yunes.
Es una oposición dividida y temerosa en donde poco se sabe cuál es el estatus político de Dante Delgado ¿Es opositor o cómplice?
Lo grave de todo es que el periodo electoral sexenal se precipita.
Mientras todo el aparato está listo para el mayor fraude sexenal ante el desmantelamiento de apoyo popular, la oposición no se mueve. Sus candidatos no levantan. Los priistas no responden. El PAN en estado de inanición y un PRD que no existe.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo