Los Políticos
El nuevo estilo de hacer política de Morena rompe con los usos y costumbres con los que la clase política trataba, al menos hasta hace cuatro años…
Un ejemplo de estos usos y costumbres es la sana distancia que un ex gobernador ponía en cuanto dejaba el cargo… Cuando Fidel Herrera Beltrán asumió el poder, Miguel Alemán rara vez se aparecía por la entidad… ¡para qué! aunque eso sí, nos enquistó a más de un alemanista que poco a poco, al paso de los sexenios, se han ido apagando…
Cuando Javier Duarte asume el poder, hubo muchos que rogaban que Tío Fide regresara a enmendarle la plana a las burradas que cometía el joven mandatario… pero la Sana Distancia se hizo efectiva…
En el caso de Miguel Ángel Yunes como gobernador, Duarte de Ochoa exageró la Sana Distancia llevándola allende la frontera sur y luego, hasta el Reclusorio Norte… quizás estos Usos y Costumbres se estaban amoldando a los tiempos de la Alternancia.
Yunes Linares ha dado su lugar al sucesor y salvo en una o dos ocasiones, ha salido a respirar para seguir manteniendo esa prudente distancia entre quien fue y quien es…
Otro Usos y Costumbres era ver en el cuarto año de mandato, a un gobernador a todo lo que da, inaugurando obras, entregado a su pueblo, de la Ceca a la Meca, a sabiendas de que llegando el quinto año, los jaloneos por la candidatura y una vez establecida la designación, menguarían su poder porque éste, como por arte de magia, pasaría al Ungido…
Por supuesto que tenemos tres gobernadores en el siglo que corre, que este “Proceso natural” que se daba en la política ¡no se dio!
Javier Duarte no disfrutó de su cuarto, quinto ni sexto año… a mediados de su gobierno todo parecía venirse para abajo y coincidentemente con el gobierno actual, vivía en un Veracruzilandia… su poder fue arrebatado por unos, disfrutado por otros, mientras él se hundía en una especie de “depre política”…
Miguel Ángel Yunes Linares ni siquiera tuvo tiempo de disfrutar su estancia en Palacio de Gobierno porque de cierto modo, dos años eran nada para remotamente alcanzar “la plenitud del pinche poder”…
Cuitláhuac García tarda bastante en comprender el ejercicio del poder, a tal grado que al menos en los primeros tres años quien lo ejerció, así como dijera el de Nopaltepec, a plenitud, fue Bola 8. Aparentemente en este su cuarto año, ya como que se despabiló pero…
Sí, siempre hay ese pinche “Pero” que hace que las cosas provoquen un mohín de “fuchi, caca, guácala”…
A lo mejor no se dio cuenta Cuitláhuac o atendiendo a las primeras líneas de esta columna, vivimos un nuevo estilo de hacer política con Morena, y este martes, con la luz verde a la Ley Nahle, la señal inequívoca que manda este partido a todos sus militantes y a los que no lo son, es que “ha muerto el Rey… ¡viva la Reina!”
A partir de este momento, si hay alguien a quien rendir cuentas, a quien acercarse, con quien congraciarse, al menos en Morena, sin duda alguna es Rocío Nahle…
A partir de este momento, la única función que tiene Cuitláhuac, si bien le va, será la de facilitador para lo que tenga que hacer en Veracruz la señora Nahle… si mal le va, no dejará de hacer lo que tres años atrás venía haciendo como Gobernador… ¡nada!
Así que si usted tiene suerte de cruzarse en el camino de Cuic, no tenga empacho en saludarle con un “Menos Días, Gobernador!”, digo! Para no perder las buenas costumbres del quehacer político.