Entre martes y miércoles quedará configurado lo que en muchos sentidos y vías será el futuro de México. Y podría afirmarse que ningún escenario es venturoso.
Luego de que el PRI consumara su traición al electorado en la Cámara de Diputados –salvo las honrosas excepciones de los legisladores Sue Ellen Bernal Bolnik y José Yunes Zorrilla- sacándose de la manga y votando a favor una iniciativa redactada en Palacio Nacional para extender constitucionalmente la presencia militar en tareas de seguridad pública hasta 2028, el último reducto de resistencia al embate lopezobradorista es el Senado de la República, que se ha convertido en el centro de enormes presiones del régimen, en especial hacia los senadores tricolores.
Después de las recurrentes visitas del secretario de Gobernación a la Cámara alta se sabe que el inicialmente sólido bloque priista que se opuso públicamente a la abyección y doblez del corrupto dirigente nacional del PRI Alejandro Moreno –a quien literalmente tienen agarrado de su muy larga cola-, ha comenzado a sufrir en su unidad.
Ya no se tiene garantía de que los senadores tricolores voten en bloque contra la iniciativa militarista. Algunos comenzaron a manifestar dudas de ir contra la postura de su dirigencia nacional y otros han acusado que han recibido presiones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
La senadora y ex dirigente nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, afirmó que la administración lopezobradorista los presiona para doblar a la bancada tricolor en el Senado igual que lo hizo con la de la Cámara de Diputados.
“Sé que a otros compañeros los han buscado desde compañeros del partido o algunos funcionarios de gobierno para platicar sobre estos temas. A mí no, pero sé que ha habido estas conversaciones, desde la perspectiva de ‘oye, no puedes votar en contra de los diputados, somos del mismo partido, del partido donde tú quieres seguir construyendo’, hasta reflexiones por parte de funcionarios del gobierno muy puntuales, como ‘oye, necesitamos esto porque para nosotros es importante”, sostuvo Ruiz Massieu en entrevista con la periodista Adela Micha, quien admitió que puede haber algunos senadores que por esta presión “cambien de opinión”.
Este lunes se aprobó aceleradamente –con los votos de Morena, PT y PVEM- en comisiones del Senado la minuta que enviaron los diputados federales y se discutirá en el Pleno a partir de este martes. Eso lleva a un escenario en el que, prácticamente de cualquier forma, el que gana es el régimen.
Si los senadores del PRI se mantienen firmes –al menos en el número necesario- y evitan que se ratifique la reforma militarista, la alianza opositora podría tener algún futuro y pensar en sobrevivir. Sin embargo, el PRI quedaría reducido a su mínima expresión, fracturado y con un dirigente nacional aferrado al cargo desde el cual podría hacer aún más daño si los priistas que no le deben nada no lo echan antes de las elecciones de 2023.
Pero si la estrategia extorsionadora del lopezobradorismo funciona y compran o amenazan a los senadores de oposición necesarios para que la reforma militarista se ratifique, el bloque opositor estaría definitivamente muerto. Y con él, hasta la posibilidad de evitar la desaparición del INE y el retroceso democrático con el que el régimen morenista pretende restaurar el sistema de partido hegemónico y la “presidencia imperial”.
En cualquiera de los casos, el PRI, o el membrete que queda, se ha convertido en un lastre.
Obras “4t”: bajo el agua
Mientras todo mundo celebraba el 15 de septiembre, la refinería –que no refina nada- “Olmeca-Dos Bocas” se inundaba por las lluvias en Tabasco.
Sus bases constructivas están igual de cimentadas que los merecimientos de Rocío Nahle para ser gobernadora de Veracruz.
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