Familia presidencial usa militares para barrer sus departamentos, para arreglar fugas de agua y hasta para que les den terapia
Se molestó Luis Crescencio Sandoval con los medios de comunicación cuando dieron a conocer la participación del Ejército en la masacre de los 43 de Ayotzinapa. Sin embargo, el titular de la Sedena nada dijo cuando la esposa del presidente le pidió algunos militares para que le sirvieran de chachas. De acuerdo con los documentos hackeados por el grupo “Guacamaya”, el Ejército está al servicio de la familia presidencial. Ya sea que se requiera personas para barrer los departamentos que habita la pareja presidencial, para reparar fugas de agua, para dar terapias o para auxiliar a la “distinguida esposa del Señor Presidente de la República”, para proporcionar apoyo durante las actividades acuáticas que realizará la Dra. Gutiérrez Müller en la playa privada del conjunto hotelero Grupo Vidanta”. No tienen madre. Decía el presidente que él no iba a necesitar al Estado Mayor Presidencial, qué el era gente del pueblo y que el pueblo bueno lo iba a cuidar. Pero de acuerdo con los documentos que se han dado a conocer, el Ejército está para lo que disponga el presidente y para la familia presidencial. En entregas anteriores hasta se reveló que los militares acompañaron a doña Beatriz Gutiérrez Müller a la “Casa Gris” de José Ramón López Beltrán donde su hijo se puso a bailar junto a la piscina. ¡Qué poca madre!
El viaje de esposa e hijo de AMLO a Houston lo hicieron con servicio de compañía de la Sedena; ¿militares grabarían el baile de Jesús Ernesto junto a la piscina?
¿Se acuerda usted del video en el que se ve al pequeño Jesús Ernesto, hijo del presidente de México, bailando reguetón junto a la piscina de la “Casa Gris” de su hermano José Ramón López Beltrán en Houston? Hacía cuatro meses que la empresa petrolera Baker Hughes le había dado la casa al hijo de López Obrador en uno de los barrios más exclusivos de Houston. Doña Beatriz Gutiérrez Müeller se molestó muchísimo cuando sacaron el video de su hijo bailando junto a la piscina de la llamada “Casa Gris”. Y como no se iba a enojar si eso daba evidencia de que ella, y en consecuencia su esposo el presidente, estaban al tanto de esa mansión que una empresa petrolera le había dado a su hijo. Pues ese viaje que doña Beatriz hiciera Houston con su retoño, lo hizo acompañada de cinco militares: el teniente coronel Marco Antonio Palomares Sánchez, el capitán primero de infantería Aldo César González Bobadilla y la Subteniente Nancy Aglae Jiménez Serrano, en labores de ayudantía; el mayor de infantería Carlos Tiburcio Zárate Priss, como escolta, y la Mayor Tania Carolina García Martínez, en apoyo a servicio médico. Esto es lo que se reveló gracias a los documentos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional. El viaje se hizo el 18 de enero de 2020 y se especifica que el viaje se realizó «con el fin de llevar a cabo actividades privadas»; es decir, para que la esposa del presidente y el pequeño Jesús Ernesto conocieran la casa que José Ramón López Beltrán consiguió gracias al influyentismo. ¿Seguirá diciendo el presidente que él no es como los otros? ¿Lo seguirá diciendo ahora que nos damos cuenta que es peor?
Ejército comprará más armamento, entre eso, más granadas. Por otro lado, se descubre que militares venden granadas al crimen organizado
¿Para qué quiere comprar más granadas el Ejército? Pues para que sus militares las vendan al crimen organizado. El Ejército anuncia más compra de armamento: “2 mil 533 carabinas calibre 5.56 milímetros, con cañón corto y accesorios, y 540 lanzadores simples calibre 40 milímetros, acompañados de 50 mil 660 cartuchos calibre 5.56, y mil 890 cartuchos extra”; además de mil 080 grandas. Al mismo tiempo se revelan documentos hackeados por el grupo “Guacamaya” en donde se señala que militares en activo venden granadas y otras armas al crimen organizado. El oficio hackeado dice que un militar ofreció 70 granadas de fragmentación a un costo de 26 mil pesos cada una. De acuerdo con este documento la venta se hizo: “El 31 de mayo (de 2019), el militar ofreció a operadores del grupo delictivo 70 granadas de fragmentación a un costo de 26 mil pesos cada una; la célula delictiva confirmó la compra de ocho de ellas, las cuales fueron entregadas en Atlacomulco, Estado de México”. En mal momento se le ocurrió al presidente López Obrador impulsar la militarización del país. En el momento en que se dan a conocer documentos oficiales de un Ejército empoderado, al servicio de la familia presidencial y distribuidor de armas para el crimen organizado.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra