Cuando en 2006, el actual presidente de México siendo candidato del PRD a la presidencia rechazó el ofrecimiento de apoyarlo por parte de la entonces poderosa dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, López Obrador declinó la oferta porque los antecedentes de la profesora no se acompañaban con su prurito de adecentar la política en el país e iban en contra de sus postulados anticorrupción; además, porque estaba convencido de su muy probable triunfo electoral. Es decir, la cercanía política de doña Esther le resultaba tóxica y le pareció innecesaria. Sin embargo, a todo pasado debemos reconocer que la historia de México hubiera dado un giro excepcional si en verdad en 2006 el SNTE hubiera apoyado al candidato perredista a la presidencia del país. En vista de la pírrica diferencia en la votación de ese año a favor de Felipe Calderón, sin duda el apoyo del magisterio hubiera inclinado la balanza no hacia el PAN sino a favor del PRD. Si bien el “hubiera no existe”, sirve sin embargo como eficiente referencia para demostrarnos la distancia entre los hechos y los supuestos. Aunque aquel rechazo obradorista en su momento fue bastante comentado, ahora lo confirma la profesora Elba Esther en entrevista a Latinus, en la cual aprovecha para señalar que en 2018 participó activamente (desde su celda) en la elección de gobernador en Veracruz apoyando al candidato de Morena, Cuitláhuac García, para evitar, dice, la victoria electoral del PAN que postuló como candidato a Miguel Ángel Yunes Márquez. Son polvo de aquellos lodos, de cuando flotaba en el ambiente la pugnaz relación entre la profesora y Miguel Ángel Yunes Linares, a quien años antes había apadrinado proponiéndolo para Director del ISSSTE al presidente Calderón, posteriormente se produjo entre ambos la ríspida ruptura. Su intervención en la elección veracruzana, dice doña Elba, fue para impedir la llegada del hijo de Yunes Linares al gobierno de Veracruz; pudiera ser verdad, pero nada cambia el escenario, solo quedaría en la interrogante hasta donde su participación benefició al actual gobernador, o si era necesario su apoyo. De lo que sí pudiéramos estar convencidos es que no fue errónea la estrategia del entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares para obtener una votación superior a la alcanzada en 2016 para vencer a MoReNa, esa meta la consiguió pues logró más de 200 mil votos adicionales a la elección que lo hizo gobernador dos años antes, solo que no contó con la extraordinaria convocatoria del “efecto” López Obrador, cuyo poderoso imán sirvió para “jalar” a la gran mayoría de candidatos de su partido y llevarlos al triunfo electoral. A todo esto ¿cuál es el destino político inmediato de la profesora Elba Esther Gordillo? Para no incurrir en inferencias especulativas, lo más prudente es esperar a su siguiente jugada, para saber incluso si ya es, o no, un cartucho quemado.