lunes, noviembre 4, 2024

Siguen Violando la Ley en la UV

Nombran a un secretario Académico que no reúne los requisitos

A propuesta de su compañero el Rector Aguilar Sánchez

Debe de tener cuando menos 65 años de edad para el cargo

Por Miguel Ángel Cristiani González

La Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana, que se supone debe de ser una institución insoluta, continua con la violación a la Ley Orgánica de la Universidad, al nombrar el pasado viernes, como secretario Académico a Juan Ortiz Escamilla para el segundo cargo más importante dentro de la Máxima Casa de Estudios.

A propuesta del Rector Martín Aguilar Sánchez, quien por cierto todavía no exhibe el diploma o documento que lo acredite con el grado de doctor, la Junta de Gobierno nombró a Juan Ortiz Escamilla como nuevo secretario Académico, luego de la renuncia de Elena Rustrián Portilla hace unos días.

Todo parece que el rector Aguilar Sánchez desconoce o no quiere aplicar la máxima sentencia de la Cuatro T, de “no mentir, no robar, no robar”, porque ahora le debiera agregar la de “no me vengan con que la ley es la ley”

Porque resulta que la Ley Orgánica de la Universidad Veracruzana está siendo violada, al nombrar la Junta de Gobierno al secretario académico sin cumplir lo establecido como requisito indispensable para ocupar el cargo.

Se supone que la Junta de Gobierno de la Universidad, por estar integrada por notables personajes, es la que tiene por función primordial elegir al rector, y a su vez también al secretario Académico y de Finanzas, que son propuestos por el mismo rector, por lo que su actuar debe de ser apegado estrictamente al derecho y la ley, pero con las últimas designaciones, se pone de evidencia que no han leído ni siquiera la Ley Orgánica para ver los requisitos mínimos que debe de ser cumplidos por los aspirantes.

El nombramiento de Ortiz Portilla representa una violación flagrante al Artículo 40 Fracción II de la Ley Orgánica de la UV, en el que de manera expresa ordena que el titular de dicha secretaría tenga más de 30 y menos de 65 años, mientras que el recién nombrado, nacido en agosto de 1955 cuenta ya con 67 años de edad.

En un acto de cinismo, el Rector Martín Aguilar Sánchez y la Junta de Gobierno de la institución, en el comunicado respectivo argumentan que dicho nombramiento es precisamente “en cumplimiento del Artículo 40” que están violando.

Hasta el día de hoy, la Ley Orgánica de la Universidad que está en vigor, Publicada en la Gaceta Oficial del 25 de diciembre de 1993 y reformada en la Gaceta Oficial del 28 de diciembre de 1996 señala que para ser secretario académico se deben tener más de 65 años.

Pero como el rector Aguilar Sánchez está tratando de imponer una nueva versión de la Ley Orgánica, seguramente cuenta con que el artículo 40 habrá de ser modificado también para que su ex compañero en el Instituto de Investigaciones Histórica pueda ocupar el puesto.    

Artículo 40. Son requisitos para ser Secretario Académico:

I.  Ser mexicano por nacimiento;

II. Tener más de treinta y menos de sesenta y cinco años de edad, al momento

de su designación;

III. Tener cuando menos cinco años de servicio docente o de investigación, preferentemente en la Universidad Veracruzana;

I V. Haberse distinguido en su especialidad; y

V. Poseer título de licenciatura y, preferentemente, haber realizado estudios de posgrado y publicada obra en el área de su especialidad.

A todas luces, está mal nuestro ilustre rector Aguilar Sánchez, al proponer a su compañero como secretario Académico, si no conoce cuando menos la Ley Orgánica, y si la pretende ignorar y violar, peor tantito.

Los primeros en respetar la ley deben de ser el rector, la Junta de Gobierno, los secretarios, académico y de administración y finanzas, así como el contralor.

Pero si quienes son los principales que deberían de respetar y “hacer cumplir las leyes” no lo hacen, ¿Quién entonces se encargará de sancionarlos?.

Porque no puede ser que escudándose en la autonomía de la Universidad Veracruzana, se comentan tan obvias y descaradas violaciones a la ley y como diría el chavo del ocho ¿Quién podrá salvarnos de esas “autoridades”?

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