La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, decretó el jueves la emergencia nacional por la inseguridad que registra la nación centroamericana y declaró «la guerra» a los grupos criminales que operan en territorio hondureño.
Con esta medida, Castro ha instruido a las autoridades de seguridad a establecer «estados de excepción y suspender garantías constitucionales» allá donde sea necesario. Asimismo ha ordenado que la Policía Militar y las Fuerzas Armadas lleven a cabo controles en la frontera. Este anuncio de la mandataria hondureña se ha dado en el marco de la presentación de un plan de seguridad nacional con el que el país centroamericano le «declara la guerra» a los grupos criminales que practican la extorsión, la corrupción y el narcotráfico.
«La extorsión está inmersa en diferentes áreas de nuestro país, es una de las principales causas de la migración y cierre de pequeños y medianos comercios», manifestó la presidenta hondureña.
Tal y como ha explicado Castro, el principal objetivo de su «plan antiextorsión» pasa por combatir a las maras y pandillas que operan en territorio hondureño y, especialmente, en las calles de la capital, Tegucigalpa.
La jefa de Estado incidió en que el Gobierno está ahora inmerso en la búsqueda de aquellos mecanismos que garanticen la restitución de la paz perdida, dice, durante los mandatos de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, desde hace 12 años.
Asimismo, Castro confirmó que ha dado instrucciones al organismo de telecomunicaciones (Conatel) para que vigile la venta de chips para teléfonos, un proceso que a partir de ahora solo se realizará previa identificación del comprador. A nivel económico, la Comisión Nacional de Bancos y Seguros deberá establecer también «medidas necesarias para que los movimientos bancarios sean con la identificación de las personas».