viernes, noviembre 22, 2024

Pensamiento religioso

Hace unos días asistí a un evento al que me invitaron a dar unas palabras, el tema era sobre la caligrafía y la plegaria. Sin duda la caligrafía es un bello arte, escribir algo hermoso es casi tan importante como escribirlo de forma hermosa, de eso no tengo mayor duda. Es en la plegaria donde se me complica el asunto.

El origen de las religiones es de cierta forma un resultado lógico de la inteligencia que como seres humanos tenemos. No es difícil imaginar a los primeros homo sapiens cuestionándose la realidad del mundo que los rodeaba. Un rayo en la tormenta, la falta de lluvias o nuestras presas migrando al norte o al sur, según haya sido el caso. Todo requería explicación y no era fácil obtener respuestas, nunca lo ha sido para unos pobres monos sin pelo.

La respuesta que teníamos era sencilla: los dioses son la explicación, están molestos y algo quieren de nosotros. A muchos ahora les parece ridículo el pensamiento religioso, no hay forma de explicar que exista un Dios que todo lo ve, es el universo y la materia, la física la que todo lo responde.

En mi opinión siempre hemos sido muy malos respondiendo, en lo que realmente somos extraordinariamente buenos es preguntando. Las respuestas no son tan importantes, es nuestro cuestionarnos todo lo que nos ha permitido evolucionar tan exitosamente.

Por su puesto que la ciencia es el mayor logro intelectual que tenemos como especie, eso no es posible ponerlo en duda. Solo que nuestras respuestas cada tiempo pasan a ser obsoletas. Las explicaciones de hace 100 años son absolutamente absurdas para explicar el universo, es más, ahora resulta que es un multiverso con varias dimensiones imperceptibles para nosotros y donde más del 80% de la materia y la energía son indescifrables para nosotros y no somos ni siquiera capaces de verlas, medirlas o estudiarlas.

Estamos tan lejos de las respuestas como esos primitivos seres humanos que se preguntaban qué era el rayo y por qué los dioses parecían tan molestos con nosotros. Prácticamente permanecemos en la casilla de salida.

Ahora el pensamiento religioso parece absurdo, completamente inadecuado a la modernidad. Yo pondría mis asegunes. No se trata de explicar la realidad con dioses molestos o que lanzan rayos e inundaciones terribles. El pensamiento religioso lo entiendo en idea de la trascendencia de nuestra existencia. Somos la única especie en el planeta que sabe que un día va a morir, eso debería ser una terrible desventaja, pero nuestro cerebro construyó una estructura intelectual que nos permitía comprender una trascendencia más allá de nuestra muerte. Ese era el pensamiento religioso, por eso sepultábamos ceremoniosamente a nuestros muertos. No nos dejaban, pasaban a otra existencia que nos era incomprensible en este plano existencial.

Ahora exploramos los confines del universo y teorizamos con las explicaciones más extrañas para comprender el mundo del átomo y de las partículas, pero seguimos en el mismo punto de partida. No somos capaces de explicar la realidad, requerimos que nuestra existencia tenga sentido, ahora somos polvos de estrellas en un universo que se expende constantemente.

Y con todo, no falta el científico físico cuántico con doctorados, que en su centro de investigación con tecnología de colisión de partículas atómicas se pregunte, en la soledad de su cubículo. ¿Cómo demonios fue que inició todo?

Y me parce fascinante, nuestra especie es simplemente asombrosa. Nunca estaremos convencidos de nuestras respuestas, son nuestras dudas las que permanecen siempre.

Solo los tontos están seguros en un mundo de incertidumbre total, donde es posible que la materia y el tiempo solo sean una ilusión.

Así que leve, nada es tan importante.

Jorge Flores Martínez

jorgeflores1mx@hotmail.com

Twitter: @jorgeflores1mx

otros columnistas

El Regreso de Trump

De Trump y cosas peores

Rotos y rompidos

Entre lo sagrado y lo profano

La Traición como política

Tres mil pesos

Un mundo de locos

Significados vacíos