Agencias/Sociedad 3.0
El papa emérito Benedicto XVI ha podido asistir a una misa celebrada en su habitación, informó hoy el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
En cuanto a su estado de salud, se encuentra «estable» dentro de la gravedad.
«Anoche el Papa emérito pudo descansar bien. También participó en la celebración de la Santa Misa en su habitación ayer por la tarde. Actualmente su estado es estable», indicó Bruni en un escueto comunicado.
El portavoz vaticano había explicado este jueves que el papa emérito, de 95 años, permanecía «absolutamente lúcido y vigilante» tras confirmar la víspera un «agravamiento» de su salud «por el avance de la edad».
A pesar de su delicado estado, Benedicto XVI se encuentra «muy sereno» y pudo concelebrar la misa con monseñor Georg Gänswein, su secretario personal, ataviado con una ligera estola sobre su bata, según detallaron algunos medios, citando fuentes cercanas al papa alemán.
El pontífice, que está “respondiendo positivamente al tratamiento”, según las mismas fuentes, rechazó ser trasladado a un hospital desde la residencia Mater Ecclesiae, en los jardines vaticanos, vive apartado desde 2013, tras su renuncia, y donde continúa en constante vigilancia por los equipos médicos y acompañado por Gänswein.
El papa Francisco alertó sobre la salud del pontífice emérito en la audiencia general del miércoles, cuando pidió «una oración especial para Benedicto XVI, que en el silencio está sosteniendo la iglesia» y se encuentra «muy enfermo».
Desde el 2 de abril de 2013, Ratzinger vive rodeado de su «familia» vaticana, formada por su secretario, un médico, un enfermero y cuatro mujeres laicas consagradas del instituto «Memores Domini», que pertenece al movimiento Comunión y Liberación, que se reparten las tareas de la casa y se ocupan de las necesidades del papa emérito.
Benedicto XVI, el primer papa en renunciar al pontificado desde tiempos de Gregorio XII, a principios del siglo XV, ha salido en muy pocas ocasiones de los muros leoninos, una vez para visitar a su inseparable hermano en el hospital y en junio de 2020 cuando viajó hasta Ratisbona para verlo de nuevo pocas semanas antes de morir.