*El diálogo con el arzobispo de Xalapa
*La supervivencia de una vocación
Por Omar Zúñiga
La mayoría natural no es
una imposición dictatorial
Mons. Jorge Carlos Patrón Wong
Arzobispo de Xalapa
Resulta harto desconcertante que venga alguien y te suelte verdades en la cara de las que tú (o sea yo) no te habías dado cuenta y ese fue el caso de la reunión que sostuvimos el Grupo de los 10 con el arzobispo de Xalapa, monseñor Jorge Carlos Patrón Wong.
Más allá de credos y fes (así en plural), monseñor Patrón es gente de esas que transmite paz y confianza, poco común en cualquier persona hoy en día.
Pues resulta que fue un diálogo abierto, de amigos, más que otra cosa, el primer paso estaba cumplido, pudimos de entrada crear un ambiente propicio para entrarle al toro por los cuernos… y nos salió el tiro por la culata.
En este diálogo, monseñor hizo ver que a pesar de todo, de vivir en una sociedad que se descompone a cada momento, que vivimos uno de los peores momentos como sociedad en su conjunto pero especialmente como gremio, asediados y amenazados por delincuentes y autoridades, que sufre violencia física, financiera, política, con el número más grande de periodistas asesinados, a nivel nacional por supuesto, pero concretamente en Veracruz, a pesar de todo esto y más, nos hizo ver que hay esperanza, que todo acaba y esto acabará.
Pero más allá de que pudiéramos pensar en un escenario utópico, nos hizo ver que nosotros, como grupo, quizá –sólo quizá, pues en todos lados se cuecen habas- como gremio, somos parte de esa esperanza, que actuamos, los que ahí estuvimos, sin egoísmos, que nos vemos como iguales no como contrarios ¡“es extraordinario!”, que el trabajo que realizamos es determinante en la sociedad en que nos desenvolvemos, pero que lo que hacemos es la sobrevivencia de una vocación, no de una persona.
Nos hizo ver que somos más de lo que se ve a simple vista, que en este cambio de época que nos toca vivir, la opresión no acabará con la esperanza, con esa esperanza que representamos como grupo, como gremio, por la supervivencia de la vocación, por las sinergias que debemos hacer con todos los sectores sociales.
Porque en el deterioro social que vivimos, el trabajo que realizamos, en la realidad es luchar por la verdad y por el bien social, por el bien común.
Lo sabemos, pero no nos damos cuenta (o no nos queremos dar cuenta, o se nos olvida), pero quizá es por eso que hacemos lo que hacemos con la más profunda pasión, a pesar de que hay quienes no entienden “esa locura de la vocación” nuestra.
Esa esperanza, que Patrón Wong explica acorde al ambiente mundialista, “cuando somos buenísimos gritando, dando órdenes y reclamando desde la banca, pero cuando nos toca jugar, no sabemos cómo hacerlo”.
Cuando explica que en estos tiempos -con esa voz pausada, tranquila y el leve acento yucateco que se niega a desaparecer-, absolutamente nadie tiene su futuro asegurado después de 2024, pues ningún partido, personaje o incluso periodista, por sí solo, puede representar la grandeza de México y su gente. Todo cambia. Hay esperanza.
Todo cambia y hoy toca, me toca, nos toca, ser parte de ese cambio, difundirlo, comunicarlo y negar que sea la opresión y el opresor el que triunfe.
Hago propias sus palabras donde debe prevalecer y cumplirse la memoria agradecida.
Hagamos lo propio y que esa memoria prevalezca siempre, más allá de las atrocidades que a lo largo de la historia ha ejecutado la Iglesia Católica y que son harto condenables, hoy coincido con el llamado y el mensaje: hay esperanza y debemos unirnos y hacer sinergias con todos los sectores sociales.
Y hoy más que nunca México requiere, necesita, le urge, esa esperanza, en medio de la podredumbre y fetidez en la que nos desarrollamos día a día y que vemos ya con una normalidad aterradora en una sociedad hondamente dividida desde el poder presidencial.
¡Ya basta!
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com