Como si supiera que no es el favorito de Palacio y que la estructura nacional del partido Morena no se está moviendo a su favor, el canciller Marcelo Ebrard presentó el sábado, en la Ciudad de México, a su propia estructura nacional conformada por más de 10 mil promotores y representantes de su proyecto político, que se distribuyen en los 300 distritos electorales en los que se divide el país.
En un acto realizado en el World Trade Center de la Ciudad de México, Ebrard Casaubon le tomó protesta a su ejército de representantes, provenientes de organizaciones civiles de los 31 estados de la República y de la capital, a los que hizo jurar que trabajarán para posicionar su proyecto de cara a la encuesta nacional que realizará el partido oficial para elegir a su candidato presidencial el próximo año.
«¿Protestan ustedes respaldar la lucha, en todos los frentes, para ganar la encuesta de Morena en 2023?», preguntó el titular de Relaciones exteriores a sus promotores, que le respondieron al unísono: «Sí, protesto», mientras él les devolvió con un «Que la Nación se los reconozca», entre gritos de «Presidente» y «no estás solo» que coreaban los seguidores del funcionario del gobierno de López Obrador.
El evento de Ebrard ocupó toda el área de exposiciones, conocidos como los salones Maya, en la planta baja del WTC, que en total miden 13,600 m2 y que se rentan por día a precios que varían según el tamaño de los salones a rentar.
De acuerdo con los organizadores de la concentración, el objetivo es echar a andar la estructura «propia e independiente» con la que Marcelo Ebrard pretende mejorar su posicionamiento e imagen a nivel nacional para ganar la encuesta interna del partido Morena en la que será medido junto con la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a través de preguntas a los votantes que se definirán el próximo año.
En principio el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, ha definido que será en noviembre de 2023 cuando se lleve a cabo la encuesta de los presidenciables o «corcholatas» morenistas, aunque hay versiones de que la fecha podría adelantarse incluso al mes de abril o mayo del próximo año, para nombrar al aspirante mejor posicionado como «Coordinador Nacional de la Defensa de la 4T», una figura con la que el partido oficial evita y burla los tiempos legales que marca la ley electoral para evitar ser sancionado por actos anticipados de campaña.
Aunque no es el primer evento masivo que realiza Marcelo Ebrard, la reunión del sábado pasado tuvo lugar justo un día después de que el Instituto Nacional Electoral había dictado medidas cautelares contra Claudia Sheinbaum, por la realización de eventos, pinta de bardas y slogans como #EsClaudia y #EllaEs, y obligó a la jefa de Gobierno a deslindarse de esos actos de propaganda y a conminar a sus seguidores a suspenderlos, so pena de ser acusada de realizar actos anticipados de campaña. El propio canciller ha sido denunciado también ante el INE por la senadora del PAN, Kenia López Rabadán, que ha presentado recursos en contra de los tres aspirantes morenistas por actos anticipados de campaña.
Lo interesante del encuentro que sostuvo Ebrard con sus 10 mil promotores y representantes el sábado pasado, es que por primera vez el canciller deja ver públicamente la intención de buscar una ruta independiente al echar a andar una estructura propia a nivel nacional que no depende del partido Morena. Si a eso se suma lo que ocurrió el domingo 27 de noviembre durante la marcha que encabezó el presidente López Obrador en el Paseo de la Reforma, donde Marcelo solo caminó en el arranque al lado del presidente, pero después se separó e hizo su propio recorrido apoyado por sus seguidores, pareciera que el canciller está mandando mensajes de que, si bien es leal y cercano al presidente, su proyecto político al 2024 sí tiene independencia.
Es decir, aunque Marcelo Ebrard ha dicho que competirá en el proceso interno de Morena y jugará con las reglas que determine el partido, también ha sido claro en que, si no hay «piso parejo», «reglas claras» y una contienda sin favoritismos ni «dados cargados», no se garantiza que haya unidad dentro del partido oficial. Y hasta ahora, aunque el presidente lo niega y dice que «a los tres los quiero y cualquiera de los tres puede dar continuidad al movimiento», lo cierto es que todas las señales y las evidencias apuntan a que López Obrador ve e impulsa a Sheinbaum como su «corcholata favorita» para llegar a la candidatura de Morena.
Ebrard Casaubon ha dicho en reiteradas ocasiones que él llegará «hasta el final» en su aspiración y que «no se va a bajar» de su intención de ser candidato a la Presidencia de la República. Así que, si no se ve pronto (a más tardar en febrero o marzo de 2023) que realmente se empareja el piso, y si Morena no define tiempos y reglas claras para llegar a la encuesta, es muy posible que Marcelo tome una decisión que muchos hoy no creen que se atreva a tomar y opte por una ruta independiente al lopezobradorismo y a Morena para intentar concretar su proyecto presidencial.