jueves, noviembre 7, 2024

PT Y Verde, en plan de extorsión

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Es un hecho muy evidente en nuestra actual evolución política las expectativas sobre cuanto ocurre en MoReNa como partido en el gobierno y el escaso interés que despierta el accionar del PRI, otrora el polo de atracción de toda la actividad política en México; lógico, porque al variar las circunstancias de esos partidos cambia también la correlación de fuerzas políticas. Esto no es un fenómeno inédito en nuestro país, pues nuestra historia registra la simbiosis entre el poder político y el partido en el poder, tal como podemos comprobarlo cuando en el siglo XIX el Partido Liberal y el Conservador se alternaron en la presidencia de la república. Cuando el PRI era hegemónico acaparaba los reflectores que iluminaban los más pequeños detalles de su acontecer y del protagonismo de sus principales actores. Ahora, MoReNa está en el poder y tal es la causa del porqué las luces las tiene permanentemente enfocadas, y por obvias razones adquieren relevancia quienes conforman su nomenklat:ura: Monreal, Ebrard, Sheinbaum, etc., y el mundillo político está siempre a la expectativa de sus movimientos, que en última instancia son el reflejo de la voluntad presidencial, tal como era en la época dorada del priismo. Por eso hablamos también de Adán Augusto y hasta del senador Guardiola, recientemente destapado como candidato de MoReNa al gobierno de Coahuila. Pero en ese mundo de alboradas políticas también debemos atender que lo accesorio sigue la suerte del principal, o sea, las acciones emprendidas por los partidos satélites, el PT y el Verde Ecologista, pues en su carácter de socios minoritarios aprovechando las circunstancias presionan para que en el Plan B sujeto a discusión en el senado desaparezca el requisito de obtener el 3 por ciento de la votación general para de esa manera despejar del camino el riesgo de perder el registro. De ser votado en ese sentido en el senado de la república, se pondrá al descubierto la anuencia presidencial a ese despropósito, obligado por la presión de sus socios electorales a cambio de seguir el ritmo de complicidades hasta ahora cumplidas al pie de la letra. Será un nocivo impacto al avance electoral que hemos alcanzado, pero no es para menos, porque MoReNa, por ahora, requiere de los servicios de esos mini partidos. Sin embargo, como decía Venustiano Carranza cuando expresó su desacuerdo con el Tratado de Ciudad Juárez: “en política, la primera concesión es la que cuenta, porque las demás vienen solas”, es decir, validos de la necesidad que MoReNa tiene de esos partidos, sin duda, con el desarrollo de los acontecimientos aumentarán sus exigencias en el plano de las extorsiones, ese es un inminente riesgo que enfrentará el gobierno. Desde esa perspectiva no se avizoran buenas señales para el desarrollo democrático del país y sí un lamentable retroceso, pero sucede en el contexto de nuestra realidad política y forma parte del acontecer de nuestros tiempos, porque, con sus matices correspondientes, así es la dinámica de todas las sociedades, nos guste o no. Aunque nuestro sistema democrático nos permite actuar en consecuencia, a favor o en contra, porque la clave del desarrollo democrático radica en la participación ciudadana en los asuntos públicos según nuestras convicciones.

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