Agencias/Sociedad 3.0
Dina Boluarte, presidenta de Perú, pidió este viernes “perdón” si su Gobierno se “equivocó en encontrar la paz y la calma”, y aseguró que no renunciará y continuará “promoviendo el diálogo de la paz social” para superar la crisis que vive el país, cuyas protestas han dejado un saldo de 42 fallecidos en un mes, 21 en la última semana.
“Si en algo nos hemos equivocado en encontrar la paz y la calma, pido perdón al pueblo peruano”, confesó Boluarte a través un mensaje a la nación.
La presidenta, quien no ofrecía declaraciones públicas desde el lunes pasado, aseguró que no renunciará al cargo y reafirmó el compromiso de su Gobierno “de seguir promoviendo el diálogo y la paz social” en el país.
En este sentido, manifestó que “no quiere quedarse en el poder” y solicitó al Congreso adelantar la fecha para votar el proyecto ley que presentó el Ejecutivo para celebrar elecciones generales en abril de 2024.
“No voy a renunciar, mi compromiso es con el Perú y no con este grupo minúsculo que está haciendo sangrar a la patria”, comentó.
Una investigación sobre los fallecimientos en las protestas
Boluarte afirmó que “el país merece conocer la verdad con objetividad y celeridad” sobre los fallecimientos registrados en las protestas ciudadanas y saludó las investigaciones abiertas por el Ministerio Público para “individualizar a los responsables”.
Solicitó, no obstante, “que se investigue todo” en alusión a los supuestos “azuzadores e infiltrados extranjeros” que, a su parecer, son “responsables de los actos violentos”.
Un grupo de personas quemaba neumáticos durante una protesta el pasado 11 de enero en la ciudad de Tacna, (Perú).
Tras expresar su pesar por las muertes de los 41 manifestantes y de un policía en las protestas, la mandataria invitó a abandonar la violencia, pese a reconocer que detrás de las protestas también hay un “reclamo justo” de ciudadanos que expresan su “descontento por demandas insatisfechas” y relegadas durante décadas.
“Hay que atender de manera inmediata estas demandas”, aseveró.
Poco antes de su intervención, la presidenta de Perú hacía pública la renovación de su gabinete al cambiar a los ministros de Interior, de Trabajo y de la Mujer, tras la escalada de violencia en las protestas antigubernamentales.
La cartera de Interior pasará a ser ocupada por Romero Fernández, quien toma el relevo de Víctor Rojas Herrera y tendrá el gran reto de dirigir la Policía Nacional de Perú (PNP) y encauzar la respuesta institucional al descontento de la población peruana.