Agencias/Sociedad 3.0
Múltiples pacientes, en su mayoría ancianos, se encuentran esperando tendidos en camillas en los pasillos y otros recibían oxígeno sentados en sillas de ruedas en pleno repunte de los casos de Covid-19 en la capital de China.
Este jueves, el hospital Chuiyangliu de Beijing se encontraba saturado de pacientes recién llegados. A media mañana ya no había más camas vacías, aunque las ambulancias seguían llevando enfermos al centro.
El personal de enfermería y los doctores intensificaban sus labores para recabar información y clasificar los casos más urgentes.
El aumento de los casos graves que necesitan atención hospitalaria se suscita después de que el gobierno chino levantó el mes pasado la mayoría de sus estrictas restricciones contra la pandemia, cuyas cuarentenas, cierres de escuelas y prohibiciones de viaje tuvieron un elevado impacto económico y provocaron protestas callejeras insólitas desde finales de la década de 1980.
Coincidiendo con el brote, la Unión Europea “animó encarecidamente” a sus países miembros el miércoles a exigir que los pasajeros procedentes de China se sometan a una prueba de detección del virus antes de salir de su país.