El juicio contra Genaro García Luna, quien lideró la lucha contra las drogas en México entre 2006 y 2012 como máximo responsable por la seguridad, arranca este día, tres años después de haber sido arrestado y acusado por cargos relacionados con el narcotráfico.
El proceso, que se estima se extenderá por dos meses, inicia luego de realizarse la selección del jurado la pasada semana, cuyos nombres no se conocerán, permanecerá aislado del público y será trasladado a los juzgados por alguaciles, por motivos de seguridad.
El pasado junio, el juez que presidirá el juicio, Brian Cogan, determinó que había “una fuerte razón” para creer que el jurado necesita protección dada “la peligrosidad del acusado demostrada por la gravedad de los crímenes que se le imputan”.
El jurado en el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán fue anónimo y protegido por los alguaciles y se realizó ante el mismo juez Cogan, que sentenció a cadena perpetua a quien fue el capo más buscado por el gobierno de Estados Unidos.
García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública en la administración de Felipe Calderón, está acusado de narcotráfico y de aceptar sobornos de Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, lo que ha negado, y se enfrenta también a una condena máxima de cadena perpetua.
Fue precisamente durante el juicio contra “El Chapo” en la corte federal para el distrito Este de Nueva York, donde se juzga a García Luna, que su nombre fue vinculado por primera vez con el cártel.
Jesús “Rey” Zambada, preso en Estados Unidos, hermano de Ismael “El Mayo” Zambada -cofundador del cártel junto a Guzmán- aseguró como testigo que había entregado a García Luna en 2005 y 2007 sendas carteras con tres millones de dólares cada una, a cambio de protección para las actividades de la banda.
De acuerdo con la acusación, García Luna habría comenzado su relación con el peligroso cártel desde que dirigía la Agencia Federal de Investigación (AFI, creada en 2001) y luego desde la Secretaría de Seguridad Pública, que controla la Policía Federal.
Especifica que con el pago de los sobornos el cártel podía pasar con seguridad sus cargamentos de drogas, así como obtener información sensible de seguridad sobre las investigaciones que se hacían del Cártel de Sinaloa y de otros carteles rivales, facilitando así la importación de múltiples toneladas de cocaína a Estados Unidos.
Aunque la Fiscalía ha mantenido en secreto los nombres de sus posibles testigos -unos 70- ya se ha conocido que los exnarcotraficantes “Rey” Zambada y Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, y el exfiscal del estado de Nayarit, Édgar Veytia, condenado por corrupción y conocido como “El Diablo”, podrían testificar.