A cuatro días de la visita a México del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, las fuerzas federales recapturaron a Ovidio “El Ratón” Guzmán López, uno de los 25 hijos reconocidos por el capo fundador del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
Su recaptura –pues ya había sido detenido el 17 de octubre de 2019 y liberado ese mismo día debido a un fallido operativo del Ejército mexicano– ha generado todo tipo de conjeturas por darse precisamente en la víspera de que el poderoso mandatario del país vecino visite la zona fronteriza de El Paso, Texas, previo a su arribo a la Ciudad de México.
Casualmente hace un mes, el 3 de diciembre pasado, se dio un enfrentamiento entre Los Chapitos y Los Rusos por la disputa del control de la llamada Estación Coahuila, una comunidad que forma parte de Baja California, y del poblado Luis B. Sánchez, que pertenece al estado de Sonora –dos congregaciones separadas solamente por un callejón y por las vías del tren–, las cuales son un punto clave para el trasiego de drogas de Mexicali a Estados Unidos. En esta última reyerta, un convoy de 20 camionetas y jeeps con hombres armados al servicio de Ovidio y sus hermanos incursionó por el lado sonorense para matar a dos operadores de la banda rival, desatando el terror y una carnicería cuyo saldo final fue de 12 muertos y otros tantos heridos.
Este 1° de enero, el grupo criminal Los Mexicles, una pandilla carcelaria surgida en el sur de los EU y considerada uno de los brazos armados del Cártel de Sinaloa, ingresaron al reclusorio de Ciudad Juárez, Chihuahua, para liberar a su líder Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, (a) El Neto, y a una veintena de cómplices. Ejecutaron con saña a 10 custodios y asesinaron a otros seis internos.
Coincidentemente la madrugada de ayer, jueves 5, casi al mismo tiempo del operativo que las Fuerzas Armadas desplegaron en la capital de Sinaloa para capturar a Ovidio Guzmán, simultáneamente en la colonia Aztecas, de la ciudad de Chihuahua, fue abatido el líder de Los Mexicles al resistirse a ser detenido por militares y policías estatales.
De acuerdo con especialistas, esta aparente “coincidencia” entre una captura importante en México como la del hijo de El Chapo Guzmán previo al arribo de autoridades estadounidenses al país no es algo nuevo.
Alexei Chévez Silveti, consultor de seguridad y Fuerzas Armadas, dijo a Infobae México que “esto suele suceder cada vez que hay una visita sobre todo, o únicamente, de Estados Unidos”, ya que “es entonces cuando el gobierno mexicano se esfuerza por generar algún tipo de captura o decomiso para demostrar que efectivamente están trabajando en ello”.
El especialista aclaró que esta sincronía aparente tampoco obedece exclusivamente a la visita de algún mandatario estadounidense. De hecho, recordó que el país ya cuenta con un largo historial de acciones en materia de seguridad que pretenden dar una buena imagen ante el país vecino del norte.
“Antes se hacía cada año, en vísperas de la certificación que tenía la DEA con los países que cooperaban en la lucha contra el narco. Poco antes de que viniera la certificación, invariablemente se hacían detenciones o decomisos importantes para, de alguna forma,demostrarle a la DEA que se estaba trabajando y que no nos quitara la ‘estrellita’ de buena conducta por la certificación unilateral entre EU y los países que cooperaban en la lucha contra las drogas”, amplió Chévez.
“Lo recuerdo perfectamente. Cada año se hacían este tipo de golpes para tener los buenos favores de la DEA”, refirió.
Sin embargo, para Mike Vigil, exdirector de operaciones internacionales de la DEA, la recaptura del hijo del “Chapo” Guzmán no tiene ninguna relación con la próxima visita del mandatario estadounidense a México.
“Sería muy difícil hacer una captura en un día o dos días por una reunión con un presidente. Esto es parte de un operativo que se viene organizando desde hace tiempo”, aseguró.
También descartó que la captura de “El Ratón” ayude a disminuir el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, ya que el Cártel de Sinaloa tiene una estructura que a pesar de la detención de cabecillas más grandes, como el mismo “Chapo” Guzmán Loera, se mantiene como uno de los más poderosos en el mundo.
Sin embargo, el golpe que las Fuerzas Armadas dieron en Culiacán la madrugada anterior a la noche de Reyes Magos fue un regalazo para el presidente López Obrador, pues de seguro su homólogo estadounidense se lo reconocerá públicamente y, por otra parte, su impacto mediático ha logrado, por el momento, dejar en segundo término el duro revés político que el mandatario recibió a principios de esta semana en el proceso sucesorio de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.