martes, noviembre 5, 2024

Después del INE ¿ya nada será igual?

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El encabezado pudiera ser el título de un cortometraje inserto en la categoría del Teatro del Absurdo relativo al incierto futuro del Instituto Nacional Electoral, para guardarse en cilindros de metal y ser exhibido dentro de algunos lustros como constancia de un México en crisis política inducida. El México de nuestros tiempos está en plena ebullición de la cual no nos percatamos en su exacta dimensión porque estamos inmersos en una realidad cuyos torbellinos lo impiden. Nada extraño, porque quienes actuaron durante la Revolución Francesa, la Mexicana o la Rusa, por ejemplo, tampoco se percataron de los efectos a futuro de sus acciones debido a la inmediatez de los acontecimientos en los que participaban o eran actores pasivos. Pero, ¿en realidad los actuales son tiempos de cambios estructurales en nuestro país? De entrada no podemos concebirlo como una Revolución, sino un episodio de un proceso iniciado en la década de los años noventa del siglo XX (cuando el Instituto Federal Electoral, ahora INE, jugo un roll central) y no acaba de madurar, nótese incluso que varios de los actores que lo iniciaron aun protagonizan eventos de importancia. Cuauhtémoc Cárdenas, Vicente Fox, Felipe Calderón, Santiago Creel, Manuel Bartlett, Monreal, Ebrard, Encinas, Pablo Gómez, y el actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, son sobrevivientes políticos aún vigentes, con sus filias, fobias y obsesivas fijaciones, tales son la fuente de la pasión que no duerme y atiza la retórica. Pero, ¿por qué después del INE ya nada sería igual? No al menos en materia electoral, porque es una institución nacida del consenso de las diferentes fuerzas políticas durante la fulgurante década finisecular, a partir de ese periodo dio inicio el periodo de elecciones con resultados confiables en el marco normativo legislado por las diferentes fuerzas políticas del país, de allí su bien ganado crédito. En toda evolución política se producen avances y retrocesos, pese a la crudeza de los datos duros, si ahora intentáramos una evaluación respecto al actual periodo de gobierno obviamente el resultado estará acentuadamente impregnado de sesgadas opiniones, porque la bruma de los acontecimientos impide ver la espesura del bosque y cuanto hoy ocurre impacta al mañana, porque a una acción sobreviene una reacción, según la célebre tercera Ley de Newton. Es tan inasible esta dinámica realidad política que bien pudiera tomar como caso específico para explicarlo la versátil actitud del senador Ricardo Monreal, quien apenas semanas antes se quejaba de ausencia de “piso parejo” en la trama electoral de MoReNa, ahora que se le da un poco de “calor” declara que en México la democracia no está en riesgo.

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