Ellos, el gobierno y su partido político buscaron, por todos los medios, desprestigiar una marcha ciudadana. Mintieron, injuriaron, insultaron a los mexicanos asegurando que apoyar la marcha del 26 de febrero de 2023 era apoyar al narco. La senadora morenista Malú Mícher, en su imbecilidad, en su desesperación dijo que apoyar la marcha era apoyar que se metiera fentanilo en el cuerpo de nuestras jovencitas. De ese tamaño su miedo. El mismo presidente López Obrador dijo que la marcha #MiVotoNoSeToca era para apoyar a Genaro García Luna. De ese tamaño su desesperación. ¿Pero qué creen? ¡FRACASARON! Millones de ciudadanos no hicieron caso a sus insultos, a sus infamias, a sus mentiras. En decenas de ciudades en el país los ciudadanos salieron a defender su voto. En la Ciudad de México, desde muy temprano, el Zócalo estaba abarrotado. Tal parece que la injurias y las mentiras del gobierno impulsaron a millones de mexicanos a salir y demostrar que el poder está en el pueblo, no en una coalición de partidos que han traicionado al pueblo. El 26 de febrero de 2023 quedará inscrito en la historia de México como el día en que el pueblo le dijo al presidente López Obrador, ¡FRACASASTE!
Ni en Otatitlán le siguen el juego al Bola 8. El nombre del pueblo es de origen náhuatl, significa “lugar de los otates”; nada que ver con la afrodescendencia
Nos llegan informes de algunos residentes de Otatitlán que están hartos de que el secretario de Gobierno, tratando de desviar la atención de sus abusos, maltratos de mujeres y corruptelas, siga pregonando el origen afrodescendiente de Otatitlán. “El nombre de nuestro pueblo es de origen náhuatl y significa lugar de los otates”, señala un vecino. El otate es una caña dura muy semejante al bambú. La afrodescendencia de Eric Cisneros es una mera ocurrencia. Nos comentan que el señor utiliza eso para hacerse el relegado, el marginado, la víctima. El Bola 8 no es descendiente de príncipes africanos llegados a América; él no tiene ni una línea de sangre con los libertadores de los pueblos negros como lo fueron Yanga, Mocambo, Mandinga o Matosas. Para algunos vecinos de Otatitlán el señor es un simple «prieto» con muchos traumas y complejos que nunca superó en la infancia, y esos traumas son lo que lo vuelven peligroso, por el poder que concentra. Eric Cisneros usa a la Fiscalía y a la SSP cómo verdaderos brazos armados para ejecutar venganzas personales que solo están destruyendo a Veracruz. El famoso Bola 8 se escuda en el discurso racial cuando le exigen rendir cuentas. Aquí de lo que se trata es de que sea investigado, juzgado y castigado porque para muchos es un delincuente y se pasa la ley por el arco del triunfo cada vez que puede. Y es que en la Fiscalía tiene de empleada a Verónica Hernández Giadáns. La familia de Cisneros Burgos eran personas del pueblo, gente común, que son ampliamente conocidos en esa cabecera. Para los vecinos de Otatitlán es mejor que este señor deje de alucinarse como un afrodescendiente, intentando usar ese discurso como bandera. Ya lo hemos dicho, Bola 8 solo tiene negra el alma y la entraña.
México, un país dividido. Marcha una clase media para proteger derechos electorales de las clases bajas. Los pobres “sabios” de López Obrador no se vieron
Es lo que vimos, al menos en Xalapa. Una clase media, estudiada, de gente que seguiría siendo clase media sin los apoyos del gobierno, sin las becas y pensiones de Bienestar es la que salió la mañana del 26 de febrero a defender su voto. La marcha #MiVotoNoSeToca convocó a todos y hubiera estado más completa la marcha si las personas de las colonias populares bajaran a defender también su voto. Pero se entiende que las mentiras del presidente van dirigidas a esas personas que sí creen que marchar significaba apoyar a Genaro García Luna; ¿se creerían eso de que marchar apoyaría que se diera fentanilo a las jovencitas? Si ellos lo dicen, es porque calculan que impactaría en esa clase pobre que es el fuerte bastión de Morena, la fuerza de López Obrador. En esta ocasión, lo repito, al menos en Xalapa, la clase media es la que se compromete con la defensa del INE, aunque la justicia social se más necesaria para esas clases apáticas; quizá más preocupadas por conseguir el alimento día con día. Por cierto, Xalapa, que siempre apoyó a López Obrador, desde su primera elección, la de 2006, en esta ocasión le dio la espalda.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra