Que la Nahle no quiso ser jefa de campaña de la Sheinbaum; lo que quiere es ser candidata al gobierno de Veracruz, pero acá no la quieren
Por lo que vemos Rocío Nahle tienen pensado acreditar, a la buena o la mala, su residencia de 5 años en el estado de Veracruz, esto para ser candidata a la gubernatura. Mario Maldonado, articulista de El Universal señala que Claudia Sheinbaum, le propuso a Rocío Nahle, actual secretaria de Energía, que fuera su jefa de campaña, pero ella rechazó la oferta. Señala Mario Maldonado en su columna: “Tras darse a conocer la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la llamada ‘Ley Nahle’, que buscaba que la secretaria de Energía pudiera ser candidata en 2024 a la gubernatura de Veracruz, Rocío Nahle recibió una llamada de su amiga Claudia Sheinbaum. Según fuentes cercanas a ambas funcionarias, la jefa de Gobierno le pidió que se sumara a su equipo como jefa de campaña. Ya en ocasiones anteriores, tanto la jefa de Gobierno como Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, habían ofrecido a Nahle operar para se convirtiera en la presidenta de Morena, de manera que desde la cúpula del partido se direccionara la candidatura de Sheinbaum. La secretaria de Energía no aceptó entonces y tampoco hace unos días. Quiere ser candidata al gobierno de Veracruz, pues está convencida de que acredita los cinco años de residencia en el estado que exige la Constitución”. Hace unos meses, en Veracruz, se hizo un esfuerzo por posicionar a Rocío Nahle en las preferencias de los electores. Sin embargo, a pesar de las encuestas falseadas que la ponían como triunfal favorita, la zacatecana no ha permeado en el ánimo de los veracruzanos.
López Obrador, ¿el derecho o la justicia? Ni lo uno ni lo otro. Discrepa con Monreal queriéndose vestir de justo
Reconoce el presidente López Obrador que con Ricardo Monreal tiene algunas diferencias; “no podríamos pensar todos de la misma manera”, reflexiona el presidente. Las diferencias con Monreal tienen que ver con el derecho y la justicia. AMLO dice estar tras la justicia más que del derecho, es decir la ley. Argumentó el presidente: “Porque para mí sí el poder Judicial, no es el caso de Ricardo, sigue actuando a partir de que un delincuente fue detenido, pero el Ministerio Público en la averiguación y en la consignación estableció que fue a las 10 de la mañana y el ahogado defensor del presunto delincuente demuestra que fue a las 11 y por eso lo deja en libertad el juez, pues eso es un tecnicismo, que yo creo que nos siquiera tiene que ver con el derecho, pero se excusan en eso, ¿y la justicia?”. Ojalá y así fuera, que el presidente optara por la justicia en lugar del derecho, pues la justicia es un bien más elevado que la ley. Sin embargo, la manera de actuar del presidente en los últimos cuatro años, nos han mostrado que él no está ni por el derecho ni por la justicia. El derecho lo tuerce con tal de que se ajuste a sus caprichos y la justicia no la alcanza cuando no acuerda con su manera de ser. De hecho, para López Obrador la Justicia es una mujer manipulable, como la misma Yasmín Esquivel, a quien defendió a pesar de que quedara comprobado el delito de plagio. La justicia para el presidente sólo es alcanzable cuando él la ejerce, cuando la ejercen en su contra no es justicia, es complot.
Por alevoso y cobarde sentencian a Pablo Lyle a 5 años de prisión y 8 de libertad condicional; se bajó a dar un golpe a un adulto mayor; como consecuencia murió
Pablo Lyle y su cuñado le habían dado un cerrón al auto de un adulto mayor en las calles de Miami. El señor, de origen cubano les dio alcance y se bajó para reclamarles su imprudencia. Pero Lucas Delfino, cuñado de Pablo Lyle se bajó y lo increpó; se bajó del auto sin poner el freno de mano, por lo que el auto empezó a avanzar. Entonces Pablo Lyle bajo del auto y fue, con toda la alevosía de sus 33 años y golpeó al hombre de 63 años. El adulto mayor cayó al suelo con tan mala suerte que se dio un golpe que le causó la muerte. Claro que Pablo Lyle es culpable, lo mismo que su cuñado quien debería cumplir también 5 años de prisión o 10 o 15. Porque se portaron prepotentes y alevosos; con saña golpeó a un adulto mayor y se volvió a subir al auto y se alejaron. Dice la esposa de Pablo Lyle que cuando su marido se enteró de la muerte de Juan Ricardo Hernández, un cubano de 63 años, Lyle empezó a sentirse muy mal, tenía vómito y no podía dejar de llorar. La muy alcahueta dijo que “en el momento del incidente de tránsito ella y sus hijos sintieron mucho miedo”. Mentira, Juan Ricardo Hernández no fue agresivo, nunca representó un peligro para los dos adultos de 30 años, pues él tenía 63. Es por ello que los 5 años que le dieron de cárcel a Pablo Lyle son pocos, los 8 de libertad condicional no son nada. La sentencia debió ser de 15 años, por alevoso y cobarde.
Armando Ortiz @aortiz52 @lbajopalabra