Geográficamente, de los países escandinavos nos separan aproximadamente 8 mil 400 kilómetros, se antoja distante pero muy superable con el avance de los medios modernos comunicación. En cambio, parece mucho más difícil alcanzar la meta ofrecida por el gobierno mexicano alcanzar y disfrutar para este año servicios médicos equiparables a los de Noruega, Dinamarca o Suecia. Cuando a principios de año el presidente López Obrador insistió en su ofrecimiento (muy loable, por cierto) de alcanzar en nuestro sector salud niveles equiparables a los países escandinavos hubo pocas esperanzas de ver cristalizado ese paradigma, porque los datos duros de la realidad señalan serias dificultades para lograr esa meta muy distante de la retórica oficialista. ¿Cómo conseguir ese noble propósito en México si el recurso presupuestal destinado al Sector Salud equivale apenas al 2.93 por ciento del Producto Interno Bruto del país en 2022, mientras en España programan el 8.4 por ciento y en los países escandinavos se destinan del 8 al 10 por ciento de su PIB. Eso equivale a buenos sueldos para el personal médico y paramédico, a hospitales equipados con tecnología de punta, nada parecido a lo que encontramos en la generalidad de los Hospitales de nuestro Sector Salud, si bien es de reconocer que en los Institutos especializados se cuenta con equipos de considerable avances tecnológicos. Además, incluso al interior de ese importante sector tendríamos que destacar los muy calificados servicios médicos en el Hospital Militar y del Hospital Naval, del Centro Médico Siglo XXI y del Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE respecto a los existentes en la mayoría de las entidades federativas. Por si no bastara para confirmar esa quejumbrosa perspectiva, el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) informó que dejó de comprar 28 millones de medicamentos y de material de curación. Con el agravante de que 639 claves medicinales y material de curación no fueron asignadas para el periodo del año en curso, incluye medicamentos como la vincristina, contra el cáncer, el misoprostol, supositorios de paracetamol, naproxeno, heparina y material para suturas. La omisión implica medicamentos realmente necesarios ¿cómo o qué acciones emprenderá el sector para disminuir ese impacto? También se nos informa del avance reformador alcanzado hasta ahora en el programa de IMSS-Bienestar, sin embargo, existen detalles que obligan a poner los pies sobre la tierra: aquí en la aldea veracruzana, un grupo de médicos se apersonó en la oficinas del Secretario de Salud estatal con el propósito de conocer cuáles son los 31 hospitales de los 59 existentes en la entidad ya integrados al IMSS-Bienestar, la respuesta quedó en el aire porque no hubo quien informara. Detalle que se asemeja a la respuesta del Conacyt al requerimiento por medio del INAI de información relativa al concepto de “Ciencia Liberal” empleado por la titular de esa dependencia: “No conocen el significado de ese concepto”. Si en verdad la forma es fondo y el estilo sustancia, entonces deberíamos concluir que si la cuantía del recurso económico destinado a este importante Sector de Gobierno no se incrementa será poco el avance real, porque si bien están cambiando procedimientos administrativos estos deberían estar acompañados con reforzamiento de equipos médicos y suficientes insumos para una mejor atención. Por la aviación en menos de 24 horas estamos en Dinamarca, pero en cuanto a Servicios médicos la distancia sigue siendo infranqueable. Lamentable, pero cierto.