Por Edgar Hernández*
Algo raro sucede con los dineros públicos que maneja el gobierno de Cuitláhuac García, hoy salpicado por la sospecha de las empresas fantasma.
En momentos en que Veracruz vive una de sus peores crisis económicas, de falta de medicinas y recursos para programas de beneficio social; cuando la falta de empleo ha incrementado de manera sensible la pobreza entre amplios sectores de la población, la autoridad estatal determina invertir 400 millones de pesos en la remodelación del estadio de futbol “Pirata Fuente”.
Con peritajes que avalan la obra puestos en tela de juicio por los expertos, se determina prácticamente derrumbar el histórico inmueble, contratar sin licitación de por medio, a una empresa que ya recibió de adelanto 121 millones 332 mil 927 de pesos y hacer del Pirata Fuente, “uno de los mejores escenarios de futbol de América Latina”.
Lo extraño es que hace años no se juega futbol en ese lugar porque no hay equipo ya que la franquicia de los “Tiburones Rojos de Veracruz” dejó de existir.
Es además un inmueble que de pronto el pasado miércoles sufrió un derrumbe quedando colgados de sus arneses los trabajadores de la construcción.
Y, lo peor, una obra ni necesaria y menos urgente, que pone en seria duda el porqué de tamaña inversión.
Ya los propios colegios de ingenieros y arquitectos locales han reclamado una explicación del sospechoso derrumbe, así como por la urgencia de la remodelación donde desaparecen miles de gradas para dar paso a un estadio de escenografía.
Las consecuencias que eventualmente traería la demolición de parte de la estructura histórica, tiene en alarma a quienes reclaman cautela en la demolición de los inmuebles históricos de Veracruz.
No se puede echar abajo, así como así, una obra tan emblemática construida y planeada de manera similar al estadio Azteca o parques y monumentos que solo requieren mantenimiento.
Arquitectos, ingenieros y la propia opinión pública exigen se den a conocer los dictámenes de la Secretaría de Protección Civil estatal que evaluaron las condiciones del histórico inmueble que permiten el derrumbe de tan emblemático estadio.
Habrá que insistir en el por qué de la urgencia de la inversión ya que hace años no se juega futbol profesional en esa sede al estar vetado por la Femexfut; de entregar 400 millones antes de que termine el año, y dar prioridad a esa disciplina cuando el mandato presidencial es el torno al beisbol y no al futbol.
El sospechosismo.
“Y es de que…!”, dirían los clásicos, a meses de iniciar el proceso de sucesión gubernamental luego que se dé a conocer el calendario electoral, hay sospechas sobre el verdadero destino del dinero.
Morena necesita recursos millonarios y que mejor que ir sobre el Pirata.
Ya después se verá si se terminó o no la obra ya que de todas maneras, luego de su urgente inauguración, no hay ni calendario, ni partidos por jugar.
Es más, ni siquiera se tiene pensada una presentación de Shakira en tan colosal escenario.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo